Aumento salarial de octubre le devolvió peso al bono de alimentación

Aumento salarial de octubre le devolvió peso al bono de alimentación

Foto EFE/MIGUEL GUTIERREZ

 

Desde el año 1999 en Venezuela no se hace una consulta tripartita para fijar el salario mínimo. Así lo decidió el fallecido mandatario Hugo Chávez y lo mantiene su sucesor, Nicolás Maduro. El convenio número 26 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al que el país está suscrito, establece el consenso entre poder público, privados y trabajadores.

Por Ariadna García / Crónica Uno





El acuerdo es violado, expuso la Comisión de Encuesta de la OIT en un informe divulgado el 3 de octubre de este año. La decisión unilateral del Ejecutivo arrastra años de malestar entre los trabajadores, quienes hasta ahora no han obtenido respuestas a las principales demandas que llevan a las calles en días de manifestaciones.

En 2018, y antes de ese año, el bono de alimentación restó peso al salario. Las autoridades aplicaron ajustes en los cuales el cestaticket ocupaba un porcentaje mayor. La medida impacta de forma directa en la liquidación de las prestaciones sociales y las utilidades que reciben los trabajadores a final de año. Por ejemplo, en enero del año pasado el salario mínimo representaba 45,26 % del sueldo, mientras que el bono de alimentación era 54,74 %. La fórmula no ha cambiado desde entonces y, pese a que entre enero y abril de 2019 el salario superaba la bonificación, el último ajuste aplicado en octubre volvió a darle peso al cestaticket.

 

El país ha retrocedido en materia salarial

El abogado laboral León Arismendi explica que estas prácticas que han mantenido las administraciones Chávez-Maduro están plagadas de arbitrariedades. “Lo que se paga como cestaticket no tiene carácter salarial y no incide sobre ningún beneficio como vacaciones, prestaciones sociales, aguinaldo y utilidades, por ejemplo. Estos beneficios se ven reducidos en la misma proporción en la que crece la bonificación”, dice en entrevista a Crónica.Uno.

En enero el bono de alimentación apenas representaba 10 % de la estructura salarial, lo que garantizaba más prestaciones a los trabajadores si seguía así hasta fin de año. Sin embargo, en abril esto empezó a cambiar con el segundo aumento de sueldo de 2019, cuando pasó a ser 37,5 %. En octubre la fórmula salarial se mantiene en 50-50, 50 % salario y 50 % cestaticket.

 

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