Los delfines de la Amazonia están contaminados por mercurio debido a la actividad extractiva de las empresas mineras. Además, la instalación de más de 140 hidroeléctricas y la planificación de unas 160 adicionales está generando preocupantes consecuencias para la conservación de estos cetáceos.
Por abc.es
Las presas hidroeléctricas aíslan las poblaciones de delfines, dejándolos desconectados de los cauces principales; y la migración de peces -que son su principal alimento- se interrumpe, lo que genera una importante amenaza para su reproducción, además de la gran mortalidad de huevos y juveniles en las turbinas de las hidroeléctricas.
Éstas son solo algunas de las alertas recogidas por un grupo de científicos después de monitorear por primera vez, con transmisores satelitales a 29 delfines de río de las especies Inia geoffrensis, conocido como delfín rosado, e Inia boliviensis o bufeo boliviano. Este seguimiento, entre 2017 y 2019, se ha hecho en seis grandes cuencas hidrográficas a lo largo de Bolivia, Brasil, Colombia y Perú, donde se desplazan, se alimentan y reproducen estos cetáceos.
«La minería ilegal y el mercurio amenazan la vida en la Amazonía y en el entorno del río Orinoco. El cien por cien de los delfines de río marcados estaban contaminados con mercurio, especialmente en la cuenca del Orinoco donde existe un gran arco de minería ilegal» cerca de la frontera entre Colombia y Venezuela, precisó el informe.
El mercurio es un metal utilizado en la minería para separar el oro de otros elementos y es altamente contaminante. Sin embargo, el especialista en conservación de la WWF-Brasil, Marcelo Oliveira, aclaró que su uso en la minería no es el único problema.
«El mercurio existe de forma natural en la Amazonía, pero sale de su forma natural por incendios, deforestación y agradación de los ríos. Así es llevado al agua y entra en la cadena a través de los peces, consumidos por los delfines y las personas. La contaminación se da por el consumo de los peces», explica.
La alta presencia de mercurio obtenidas en las muestras de los delfines también representa una «amenaza» para la salud y formas de subsistencia de los habitantes de la región amazónica, calculados en unos 20 millones.
En la lista roja
El delfín rosado, una de las dos especies estudiadas, está clasificada «en peligro» en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. «Es el segundo nivel de amenaza más grave para un animal e indica que la especie puede ser extinta en un futuro próximo», explicó WWF-Brasil.
La observación de los delfines mostró que estos animales requieren varios tipos de ambientes acuáticos y sus áreas de vida superan en extensión a las de otros mamíferos terrestres, por lo que la construcción de represas en la región amazónica amenaza su ciclo de vida porque quiebra la conexión de los ríos y aisla a las poblaciones.
Los investigadores también concluyeron que los movimientos de los delfines no distinguen fronteras internacionales, haciendo necesarios acuerdos entre países para garantizar la protección de las especies.
En este sentido, las instituciones participantes buscan que los resultados sirvan para impulsar esfuerzos coordinados entre gobiernos.
En próximas fases, el estudio se enfocará en determinar áreas más sensibles en las cuales no deberían ser construidos proyectos de infraestructura en aras de salvaguardar a estas especies, así como monitorizar el impacto de la caza de delfines.