Diecisiete petroleras de once países del mundo, disputarán esta semana nueve áreas en campos en aguas profundas del Atlántico en Brasil, cuyos derechos serán rematados en dos grandes subastas que podrían convertir al país en uno mayores productores de crudo del planeta.
lapatilla.com
Con las subastas, que se realizarán el 6 y 7 de noviembre y en las que participarán algunas de las principales empresas petroleras del mundo, el Gobierno brasileño espera recaudar más de 28.500 millones de dólares, tan solo por la adjudicación de las licencias.
Las áreas en disputa se encuentran en los codiciados campos de presal, el horizonte de explotación que Brasil descubrió en aguas muy profundas por debajo de una capa de sal de dos kilómetros de espesor y que podrían convertir al país en uno de los mayores exportadores mundiales de hidrocarburos, reseña Finanzas.com
La expectativa de que la potencia sudamericana entre al abanico de los principales productores del mundo es uno de los factores por lo que la semana pasada Arabia Saudí ofreció a Brasil ser miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), durante la visita oficial que realizó el presidente brasileño Jair Bolsonaro a ese país, una decisión que será analizada por el mandatario y su equipo de Gobierno.
Por el momento, el interés del Gobierno está centrado en las dos subastas para las que están inscritas las grandes multinacionales del sector, como las inglesas BP Energy y Shell, las estadounidenses Chevron y ExxonMobil, y la francesa Total.
Asimismo, participarán en ambas las chinas CNODC, CNOOC, la colombiana Ecopetrol, la qatarí QPI, la alemana Wintershall DEA, la malaya Petronas y la portuguesa Petrogal.
Otras compañías como las españolas Repsol y Cepsa, así como la noruega Equinor solo participarán en el concurso del 7 de noviembre.
Megasubasta con bajo riesgo exploratorio
La primera de estas subastas, para la que están habilitadas 14 empresas de 11 países y en la que la Agencia Nacional de Petróleo (ANP) aspira a recaudar 26.625 millones de dólares, será celebrada mañana 6 de noviembre.
En ella serán ofrecidos derechos sobre cuatro áreas del presal en que la petrolera brasileña Petrobras ya identificó gigantescas reservas pero que tuvo que devolver al Estado, pues el excedente no estaba contemplado en el contrato inicial.
Por ello, el Congreso autorizó en septiembre pasado al Estado a resarcir a Petrobras por ceder parte de una de las áreas que explota, conocida como “Cesión Onerosa”, para que otras empresas también puedan hacerlo y agilizar la extracción de las riquezas.
Los derechos para explotar las riquezas de la “Cesión Onerosa”, ubicada en aguas muy profundas en la cuenca marina de Santos, en el océano Atlántico, fueron ofrecidos exclusivamente a Petrobras sin licitación en 2010 como parte de pago por la participación del Estado en el proceso de capitalización de la petrolera.
Pero la petrolera brasileña descubrió que el área cuenta con hasta 15.000 millones de barriles de reservas, más de los previstos inicialmente, por lo que el Estado decidió realizar una subasta para que otras empresas puedan explotar ese excedente.
El volumen de hidrocarburos calculado en el área supera las propias reservas probadas de Petrobras, que al final del año pasado ascendían a 13.278 millones de barriles.
La expectativa es que durante la puja de esta millonaria licitación se generen 106.500 millones de reales en ingresos (unos 26.625 millones de dólares) solo con la adjudicación de las licencias.
No obstante, más de la mitad de ese monto ya está asegurado, ya que Petrobras ejerció los derechos de preferencia sobre dos de las áreas licitadas -Búzios e Itapú- por los que pagará 70.000 millones de reales (unos 17.500 millones de dólares).
Así las cosas, la estatal petrolera de Brasil tendrá preferencia para ser la operadora de esos dos bloques y tendrá una participación de mínimo un 30 % en el consorcio conformado con las otras compañías que pujen por esas áreas.
En total, en el concurso serán ofrecidos derechos para explorar y explotar petróleo y gas en cuatro áreas en aguas muy profundas en la cuenca marina de Santos (Atapú, Búzios, Itapú y Sépia), ubicadas frente al litoral de los estados brasileños de Río de Janeiro y Sao Paulo en el océano Atlántico.
A diferencia de la subasta del día 7, en estas áreas los trabajos de exploración serán menores, ya que Petrobras ya realizó parte de ese proceso.
El gran interés por la “megasubasta” obedece a que se trata de áreas de presal ya en desarrollo, es decir en las que ya se confirmó que existen gigantescas reservas de hidrocarburos extraíbles comercialmente y no generan riesgos ni exigen inversiones en exploración.
Según la ANP, las cuatro áreas ofrecidas en la subasta pueden llegar a producir conjuntamente 1,2 millones de barriles diarios de petróleo y generar, tan solo en regalías, 52.500 millones de reales (unos 13.125 millones de dólares) anuales a partir de 2024.
Sexta subasta de presal
Para la segunda subasta, programada para el jueves 7 de noviembre y en donde la ANP espera recaudar un mínimo de 7.800 millones de dólares por las licencias, serán ofrecidos derechos sobre cinco áreas del llamado presal a las petroleras dispuestas a compartir su producción con el Estado.
En esta también serán ofrecidos los derechos tanto para explorar como explotar las áreas de presal conocidas como Aram, Bumerangue, Cruzeiro do Sul, Sudoeste de Sagitario e Norte de Brava, ubicadas en las cuencas marinas de Campos y de Santos.
Por contar con enormes yacimientos ya probados en el presal, Brasil no ofrece licencias para explotar estas reservas en el régimen de concesión, en el que la petrolera paga por el derecho y se apropia de toda la producción, sino en el de régimen de sociedad, en el que, además de pagar por el derecho, el vencedor de la subasta tiene que compartir el crudo que extraiga con el Estado.
El vencedor de las subastas en el presal, por lo mismo, será la empresa que se comprometa a darle la mayor participación de su producción al Estado.