El líder opositor regional boliviano Luis Fernando Camacho llegó este miércoles al aeropuerto que sirve a La Paz para llevarle al presidente Evo Morales una carta de renuncia para que la firme, en el mayor desafío al mandatario indígena desde su cuestionada reelección hace 16 días.
El avión de Camacho, procedente de la ciudad oriental de Santa Cruz, aterrizó de noche en el aeropuerto de El Alto, ciudad vecina a La Paz, desde donde el líder cívico iba a dirigirse a la casa de gobierno. Es la segunda vez que lo intenta, después de fracasar el martes.
“¡Camacho amigo, La Paz está contigo!”, corearon decenas de seguidores mientras el opositor salía de la terminal y subía a un vehículo.
Poco antes, en otro vuelo, llegaron desde Santa Cruz para acompañar a Camacho el expresidente boliviano Jorge “Tuto” Quiroga (2001-2002) y Gustavo Pedraza, candidato a la vicepresidencia en los comicios del 20 de octubre en dupla con el expresidente Carlos Mesa (2003-2005). Este último los esperaba en el aeropuerto.
La Paz registra bloqueos en diferentes calles de la zona sur, donde vive la clase media alta y alta, pero también en arterias céntricas como la Avenida Camacho, a pocas cuadras de la casa de gobierno, en la tercera semana de protestas contra la cuestionada reelección de Morales en los comicios del 20 de octubre.
Manifestantes opositores ocuparon también este miércoles oficinas públicas en el sur de La Paz, mientras en la ciudad central de Cochabamba hubo violentos choques entre leales y rivales de Morales, que dejaron una veintena de heridos, según la Defensoría del Pueblo.
En un acto de la marina de guerra boliviana este miércoles, Morales declaró que los militares deben “prestar servicio al pueblo boliviano” y apoyar los “grandes cambios”, en referencia a las políticas de su gobierno.
“Las Fuerzas Armadas siempre tienen que garantizar la soberanía del pueblo boliviano”, agregó en una aparente respuesta a Camacho, quien el sábado pidió a los militares -que se han mantenido al margen de la controversia electoral- que se pongan al lado de la oposición.
La iniciativa del líder cívico de llevarle al presidente izquierdista una carta de renuncia para que la firme es la acción opositora más audaz tras los cuestionados comicios que dieron un cuarto mandato a Morales.
Sin embargo, el arzobispo de Sucre (sur), Jesús Juárez, afirmó este miércoles que “pedir la renuncia del presidente (…) es una medida radical y en tiempos de democracia no se pueden tomar (ese tipo de medidas) así a la ligera”.
“Si uno quiere una solución (…) tiene que buscar los métodos, los medios y ofrecerlos al pueblo”, agregó Juárez. La jerarquía católica y Morales han tenido varios roces en el pasado.
El ministro de Gobierno (interior), Carlos Romero, dijo en tanto que habrá un “dispositivo de seguridad” para proteger a Camacho en La Paz.
– Oficinas públicas ocupadas –
“La historia se repite”, había replicado Morales el martes a Camacho, recordando que hace cuatro décadas el general golpista Luis García Meza le llevó una carta de renuncia a la presidenta Lidia Gueiler (1979-1980), instaurando una dictadura.
En Santa Cruz los opositores mantienen ocupadas sedes de entidades y empresas públicas, y también hay bloqueos de calles y paros parciales en otras ciudades de Bolivia.
Morales, primer gobernante indígena de Bolivia, ha llamado a sus seguidores a defender el resultado electoral, que está bajo auditoría de una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), rechazada por la oposición.
El país andino está crecientemente polarizado, sin diálogo entre ambos bandos, tras 13 años de gobierno izquierdista.
Nueve periodistas denunciaron agresiones el martes y las organizaciones de prensa han pedido a ambos bandos en pugna garantizar la labor de los reporteros.
La Agencia Nacional de Hidrocarburos advirtió sobre un posible desabastecimiento de gasolina de persistir los bloqueos de calles.
– Intento fallido –
Camacho, un abogado de 40 años, se ha convertido en el rostro más visible de la oposición tras los comicios, opacando al expresidente Mesa, segundo en la votación.
El líder cívico intentó el martes llegar a La Paz para llevarle la carta de renuncia a Morales, pero fue impedido de salir del aeropuerto de El Alto por cientos de furiosos manifestantes oficialistas.
En dos semanas de protestas y paros cívicos “el país ha perdido 167 millones de dólares”, 12 millones diarios, según cifras oficiales.
Dos personas han muerto y otras 170 resultado heridas, según balances de medios locales.
La oposición exige la dimisión de Morales, la anulación de los comicios y la convocatoria a nuevas elecciones sin que él sea candidato.
Además, reprocha a Morales haber desconocido los resultados de un referendo de 2016, en el que los bolivianos rechazaron la reelección indefinida. Aunque luego, un polémico fallo en 2017 de un tribunal constitucional afín le permitió ser nuevamente candidato.
AFP