Venezuela modificó un acuerdo de cooperación con Rusia para incluir incentivos que permitan a la petrolera Rosneft desarrollar dos campos de gas natural en alta mar, según un decreto publicado en la gaceta oficial venezolana.
El decreto, fechado el 29 de octubre y publicado el miércoles, pide la creación de condiciones favorables para la ejecución de proyectos de desarrollo en los campos de Patao y Mejillones, dos concesiones de gas en la costa este de Venezuela otorgadas a la empresa estatal rusa en 2017.
La medida se da en momentos en que Rosneft se ha convertido en un aliado clave para la petrolera estatal venezolana PDVSA ante las sanciones de Estados Unidos a la compañía, parte de los esfuerzos de Washington para presionar la salida del poder del presidente Nicolás Maduro.
En medio del colapso económico, Maduro -acusado de corrupción y violaciones de derechos humanos- culpa a las sanciones de Estados Unidos por los problemas de Venezuela.
En octubre, Rosneft absorbió el 62% de las exportaciones totales de petróleo de Venezuela, de 812.775 barriles por día, según documentos y datos, vendiendo la mayor parte a refinerías en India y China.
Eso ayudó a PDVSA a drenar una acumulación de inventarios que había obligado a reducir la producción, dada la falta de compradores por las sanciones.
Pero la compañía rusa no ha realizado grandes inversiones en los campos de gas desde que recibió las concesiones.
Los incentivos, que incluyen una exención del impuesto al valor agregado y los impuestos a la importación, son para el desarrollo de Rosneft de los dos campos, según Jesús Farías, miembro de la Asamblea Nacional Constituyente, pro-Maduro. Aún no hay suficiente infraestructura para hacer viable la producción en Patao o Mejillones, sostuvo por su parte Antero Alvarado, director de la consultora venezolana Gas Energy Latin America.
Por ejemplo, no hay tuberías para llevar el gas a la costa en Venezuela o a Trinidad y Tobago, donde los trenes para producir gas natural licuado tienen una capacidad adicional considerable.
“Para que eso ocurra, tienen que pasar muchas cosas,” dijo Alvarado. “No están muy claros los incentivos”.
Rosneft ha sido un importante prestamista e inversor en el sector petrolero de Venezuela. Caracas ha estado pagando los préstamos a un ritmo acelerado este año, y la empresa rusa dijo el miércoles que la deuda pendiente de PDVSA había caído a 800 millones de dólares al final del tercer trimestre, frente a 1.100 millones en el periodo previo.
Pero no está claro cuánto más está dispuesta a invertir Rosneft: ha destinado alrededor de 9.000 millones en proyectos en el país desde 2010 pero aún no ha alcanzado el punto de equilibrio, según cálculos de Reuters. Reuters