La Superintendencia de Bancos de Panamá ordenó este viernes la “liquidación forzosa” de AllBank Corp., del venezolano Grupo BOD e intervenido desde el pasado 9 de septiembre, debido a la “incertidumbre sobre la disponibilidad de sus activos” y debilidades en su gobierno corporativo, entre otras razones.
Durante el período que estuvo intervenido el banco se confirmó la “renuencia sostenida por ejecutivos del Banco, durante meses y hasta el último instante, para dar una certidumbre sobre la real disponibilidad de los fondos del Banco”, indica el regulador panameño en una extensa resolución.
“A través de un cúmulo de reuniones sostenidas entre ALLBANK, CORP. y este Regulador se pudo determinar sobre la insostenibilidad del Banco como un negocio en marcha debido al agotamiento del modelo de negocios, la incertidumbre sobre la disponibilidad de sus activos, abriendo una duda razonable sobre la solvencia y liquidez del Banco, sin dejar de lado su concreta situación financiera y operativa”, indicó el documento.
AllBank Corp. “no logró proponer soluciones a corto plazo, sino reiteradas evasivas y plazos y condiciones inviables, que le permitirían seguir con su riesgoso actuar, incluyendo las evasivas de los Bancos del Grupo, a desplegar la información sobre los bienes del Banco en sus respectivas jurisdicciones”.
“Dada la situación financiera, operacional y de gobierno corporativo de ALLBANK, CORP., no procede reorganizarlo o intentar su venta a otro banco. Por otro lado, es definitivamente inviable devolver la administración del Banco a sus dueños originales. En tal sentido, sólo es admisible, dadas las circunstancias y antecedentes señalados, decidir por la Liquidación Forzosa”, resolvió la Superintendencia bancaria panameña.
El ente regulador designó a Rafael Moscarella Valladares para que ejerza privativamente la representación legal, administración y control de AllBank Corp., y el funcionario tendrá entre sus facultades “suspender o limitar el pago de las obligaciones del Banco y de las deudas de la masa según la disponibilidad de los recursos”.
También “ceder o vender activos de acuerdo con su valor realizable, neto de provisiones, reservas y cualquier otro ajuste que determine la Superintendencia”, y “transferir total o parcialmente los activos y pasivos del Banco a una entidad con licencia para ejercer el negocio de fideicomiso en Panamá, previa autorización de la Superintendencia”.
La resolución oficial pide a los “depositantes y demás acreedores de AllBank Corp., en Liquidación Forzosa, para que, en cualquier momento, hasta tanto el Liquidador dicte su Informe Preliminar, comparezcan al Banco a presentar sus acreencias”.
El pasado 9 septiembre la Superintendencia panameña explicó que decidió intervenir AllBank luego que uno de los bancos de propiedad del accionista principal de la institución en la jurisdicción de Curazao (Banco del Orinoco, N.V.) fue sujeto de una medida similar ese mismo mes por el Centrale Bank van Curacao en Sint Maarten (CBCS).
En el Banco del Orinoco, N.V. está colocada una cuarta parte de los activos líquidos de AllBank y presta servicios de custodia a cerca de una tercera parte de su portafolio de inversiones, indicó entonces el regulador panameño en su resolución.
Ante esa situación, AllBank tendría un acceso limitado a parte de sus activos líquidos y no se tiene una certeza exacta de la transferencia del portafolio de inversiones bajo custodia, “lo que supone un peligro para los intereses de los depositantes y acreedores”, argumentó el ente regulador de la banca en Panamá.
Un bisnieto del que fuera dictador español Francisco Franco, Luis Alfonso de Borbón Martínez Bordiú, es uno de los directores del AllBank Corp, que está presidido por el banquero venezolano Víctor Vargas Irausquin.
Así figura en la presentación de la página web de la entidad presidida por Vargas Irasuquín, quien es además el padre de la esposa de Martínez Bordiú, Maria Margarita Vargas Santaella.
EFE