Decenas de miles de manifestantes asistían este viernes a la llamada tercera marcha más grande de Chile, en la céntrica Plaza Italia de Santiago, donde a pocos metros y en medio de disturbios se registró un gran incendio en la sede de una universidad.
A tres semanas de un estallido sin precedentes y en medio de una multitudinaria marcha que se desarrollaba de forma pacífica, comenzó a incendiarse la sede de la privada Universidad Pedro de Valdivia, que alberga las oficinas de la rectoría de la institución.
La casa patrimonial, construida en 1915, comenzó a arder por el techo, cuando manifestantes encapuchados se enfrentaban con agentes antimotines y habían encendido barricadas en los alrededores, indicaron testigos a medios locales. Lo primero que se vio arder fue el techo de madera de la edificación.
Los manifestantes habían rebautizado la plaza de la concentración con un enorme lienzo llamándola “Plaza de la Dignidad”.
Al caer la tarde, una marea de manifestantes inundaba -por tercer viernes seguido- las dos calzadas de la avenida Alameda para avanzar hacia la Plaza Italia, portando banderas chilenas, silbatos y máscaras de distintos personajes junto a carteles con mensajes contra el gobierno de Sebastián Piñera.
Al pasar por el frente del palacio presidencial, los manifestantes entonaron lemas en contra del mandatario, reclamaron su renuncia e insultaron a los policías que resguardaban el edificio.
“Vine para derribar mitos de que estas son protestas violentas”, dijo a la AFP Cristian, un estudiante de 27 años, que asistió a la convocatoria de esta gran marcha que se hizo por redes sociales tras escuchar el jueves el último mensaje del presidente, que anunció nuevas medidas de seguridad en un intento por solventar esta crisis como un tema de desorden público.
“El último mensaje de Piñera de ayer fue una abierta provocación, no entiende nada”, agregó.
El mandatario endureció el tono frente al orden público pero no dio ningún anuncio social para responder al reclamo de las calles en busca de mejores pensiones, salud o educación, los principales temas que convocan a los chilenos para seguir manifestándose a pesar del cansancio tras casi 22 días en las calles.
“Son muchos años de abuso”, dijo a la AFP Raúl Torres, un jubilado de 65 años que relata que después de 43 años de trabajo recibe una pensión de 130.000 pesos (175 dólares), que apenas le alcanza para vivir.
Marchando solo por la Alameda, con una emoción que lo desbordaba de a ratos, se sentía esperanzado sin embargo por un movimiento social que exige introducir cambios a la desigual sociedad chilena. “Me llena de alegría ver a esta juventud que se levanta. ¿Cómo la gente no se daba cuenta antes de que estábamos siendo condenados a la pobreza?”, reflexionó.
En ciudades como Viña del Mar se registraban violentos enfrentamientos con la policía y se levantaron barricadas en el centro de la ciudad.
AFP