La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, dijo este viernes que el exmandatario Evo Morales deberá “responder a la justicia” si vuelve de su exilio en México, en una jornada marcada por un giro en la política exterior que aleja al país de líderes izquierdistas en la región.
El tercer día desde la proclamación, el nuevo gobierno interino en el país anunció a través de la canciller, Karen Longaric, la expulsión de todos los diplomáticos de Venezuela, así como la salida de Bolivia de los bloques políticos del ALBA y Unasur, en oposición a la política de Morales.
Además, informó que Cuba repatriará desde este viernes de Bolivia a 725 cooperantes cubanos.
En su primera reunión con la prensa extranjera, Áñez dijo que Morales “se fue solo” de Bolivia y si vuelve “tiene que responder a la justicia”.
“Hay un delito electoral, hay muchísimas denuncias de corrupción en su gobierno”, indicó. “Él (Morales) tiene cuentas pendientes en el país”.
El primer presidente indígena de Bolivia, que gobernó casi 14 años, expresó el miércoles desde México su disposición a regresar para “pacificar” a Bolivia y reiteró que con su dimisión buscó detener la violencia.
Morales, asilado en México desde el martes, renunció el domingo tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas, tras tres semanas de protestas por su cuestionada reelección en los comicios “irregulares” el 20 de octubre, según la OEA.
“Éste es un gobierno de transición”, aseguró Áñez. “Me comprometo a llevar las elecciones transparentes”, añadió, aunque aclaró que no sabe si podrán realizarse antes del 22 de enero, cuando culminaba el tercer mandato de Morales.
La presidenta no respondió cuánto tiempo gobernaría, pero prometió “no avanzar a un autoritarismo”. “Éste es un estado de derecho”, expresó.
“Vamos a llegar a unas elecciones”, tras el nombramiento de un nuevo órgano electoral, “y los bolivianos van a tener la oportunidad de elegir”, indicó esta abogada de 52 años.
Morales reconoció el jueves que pudo cometer “errores”, pero no asumió ninguna responsabilidad en la crisis que derivó en su renuncia, en entrevista con Televisa en México.
– Protestas incesantes –
Las protestas que estallaron al día siguiente de los comicios y continúan han dejado un saldo de 10 muertos y más de 400 heridos, según cifras oficiales.
Una columna de partidarios de Morales volvió a bajar este viernes desde la vecina El Alto hacia La Paz para manifestarse cerca del Palacio Quemado (sede del gobierno), como en los dos días anteriores.
Aunque el día comenzó en calma, la tensión fue creciendo. Con gritos y petardos, los que denuncian un “golpe de Estado” contra Morales y reclaman por la ilegitimidad del gobierno de Áñez se manifiestan efusivos en cercanías del Palacio, donde las calles se mantienen bloqueadas por barricadas custodiadas por la policía, reforzada por militares.
Durante las primeras semanas, los que protestaban eran opositores de Morales, pero desde su renuncia son sus partidarios los que han salido a las calles y se han enfrentado con la policía.
Fuera de La Paz, un cordón policial impide el paso en un puente a 10 kilómetros de Cochabamba (centro) a una marcha de al menos 2.000 cocaleros que pretenden llegar a esa ciudad, para trasladarse a La Paz (unos 400 km) y manifestarse por Morales.
– Entre tensiones y diálogo –
Áñez no respondió cómo abordará las relaciones con poderes del Estado dominados por partidarios de Morales, como el Congreso.
La mayoría socialista del Senado sesionó el jueves y escogió como nueva presidenta de esa cámara a Eva Copa, del Movimiento al Socialismo (MAS), pero Áñez dijo que esa elección será “impugnada”.
“No habrían conseguido el cuórum correspondiente, pero de igual manera la llevaron adelante”, objetó Áñez. Su proclamación como presidenta de Bolivia el martes también había prescindido de cuórum parlamentario.
Pero Áñez dijo que “las negociaciones continúan” con el MAS, tras afirmar que el partido puede competir en las elecciones, a diferencia del expresidente.
El gobierno interino anunció el jueves la instalación de una mesa de diálogo con el partido de Morales.
– Ruptura con la izquierda regional –
“He visto un par de tuits que jamás he escrito”, declaró Áñez sobre versiones que aseguran que borró tuits.
AFP Factual verificó la existencia de varias de esas publicaciones: uno resultó falso, pero otros -en los que ironizaba sobre el año nuevo aymara- existieron.
En tanto, el gobierno interino siguió marcando distancia del precedente: Longaric anunció la expulsión de todos los diplomáticos venezolanos, un día después de reconocer al opositor Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela.
También informó que el gobierno destituyó a todos los embajadores bolivianos, con excepción de los del Vaticano y Perú.
Igualmente, desvinculó al país del Tratado del ALBA, bloque latinoamericano de izquierda, integrado además por Venezuela, Cuba y Nicaragua, así como de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), dijo la canciller. En oposición a este último, se lanzó este año en Chile un nuevo bloque sudamericano, llamado Prosur.
Christopher Sabatini, director Ejecutivo de Global Americans, investigador de Chatham House y profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York, evaluó que “ahora no es el momento de intervenir en las grandes batallas ideológicas en la región, sino de tratar de reparar el destrozado consenso político y social de Bolivia”.
“Llevar la polarización regional al escenario nacional solo enconará las divisiones y hará que sea más difícil encontrar una salida consensuada a las polarizadas divisiones en el país”, añadió.
Este viernes, la cancillería boliviana también anunció que Cuba repatriará a 725 “funcionarios de cooperación”, en su mayoría médicos y maestros, mientras que el gobierno de la isla denunció la detención de cuatro miembros de su brigada médica y exigió su inmediata liberación.
AFP