El príncipe Andrés anunció el miércoles su retiro de la vida pública tras el escándalo suscitado por su amistad con el empresario estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de pederastia y que fue hallado muerto en su celda.
Una entrevista televisiva concedida días atrás por el segundo hijo de la reina Isabel II y calificada de calamitosa por observadores acabó de precipitar la decisión, que supone la peor crisis de la familia real británica en décadas.
“He preguntado a Su Majestad (la Reina) si podía retirarme de mis actividades públicas por tiempo indefinido, y ella me ha dado su permiso”, anunció el príncipe en un comunicado.
“Sigo lamentando sin ambages mi errónea relación con Jeffrey Epstein”, indicó el texto.
“Su suicidio ha dejado muchas preguntas sin respuesta, particularmente para sus víctimas, y expreso mi más profunda compasión con cualquiera que se haya visto afectado y que esté buscando la forma de pasar página”, manifestó.
“Solo puedo esperar que, con el tiempo, sean capaces de reconstruir sus vidas. Por supuesto, estoy totalmente dispuesto a colaborar con la justicia en cualquier investigación si es necesario”, agregó en su comunicado.
– ‘Annus horribilis’ –
De 59 años, el segundo hijo de la reina Isabel II reconoció que sus vínculos con Epstein han acabado convirtiéndose en “un gran estorbo” para la familia real y las asociaciones caritativas que trabajan con ella.
La lista de universidades, asociaciones y grandes empresas que estaban rompiendo vínculos con el príncipe se estaba alargando peligrosamente para la Corona.
El gigante británico de las telecomunicaciones BT había anunciado horas antes del comunicado real que se negaría a seguir apoyando un programa de financiación del aprendizaje digital, IDEA, si el príncipe Andrés seguía siendo el patrocinador.
Tres universidades australianas, Bond de Queensland y Murdoch y RMIT de Melbourne, también anunciaron el cierre del programa del Príncipe Andrés “Pitch@Palace” (asociación que ayuda a empresarios y empresas emergentes).
El banco Standard Chartered había decidido “por razones comerciales” no renovar su asociación que expira el mes próximo. La empresa de consultoría y auditoría KPMG también decidió no prorrogar el patrocinio con Pitch@Palace, que concluyó a finales de octubre.
Después de la emisión, el sábado en la noche, de una entrevista con la BBC, al príncipe se le reprochaba no haberse distanciado a tiempo de su amigo Epstein y de no haber expresado su simpatía hacia sus víctimas.
En la entrevista, Andrés negó “categóricamente” las acusaciones de una mujer, contratada por Epstein, que asegura haber sido forzada a mantener relaciones sexuales con él cuando era menor de edad.
Algunos medios de comunicación no han dudado en llamar la crisis un nuevo “annus horribilis” según una expresión de Isabel II.
La reina utilizó este término en 1992, al recordar la separación de sus dos hijos respectivos, el divorcio de su hija Anne y el incendio que devastó el castillo de Windsor.
– Frases racistas –
El banco Barclays se declaró “preocupado por la situación y dispuesto a reexaminar su posición”, mientras que la universidad Metropolitana de Londres también estudiaba retirar al Duque de York su título de patrocinador.
En el norte de Inglaterra, los estudiantes de la universidad de Huddersfield votaron una moción en su contra por considerar que es “totalmente impropio que los represente” como patrocinador.
El escándalo irrumpió incluso en el primer debate televisado de las elecciones legislativas del 12 de diciembre, entre el primer ministro Boris Johnson y el líder de la oposición laborista Jeremy Corbyn. Ambos expresaron su “simpatía” para con las víctimas.
“Hay preguntas muy serias a las que hay que responder”, añadió Corbyn, para quien la monarquía “necesita algunas mejoras”.
Como si eso no fuera suficiente, las acusaciones se multiplican y hasta acusan al príncipe Andrés de discurso racista.
La exministra del Interior de Tony Blair, Jacqui Smith, reveló que se había “quedado boquiabierta” ante comentarios racistas del príncipe sobre los árabes durante una cena oficial en honor de la familia real saudita.
Un antiguo colaborador de Downing Street, originario de Sri Lanka, lo acusó de usar la expresión “negro”. Un portavoz del Palacio de Buckingham respondió que el príncipe “no tolera el racismo bajo ninguna forma”.
En cambio, el Palacio Real no comentó la entrevista de la BBC y declaró que el príncipe continuaría llevando a cabo iniciativas científicas, tecnológicas y empresariales.
AFP