La última locura de Red Bull ha llevado a su equipo de mecánicos a realizar un pit stop… ¡en gravedad cero! Eso sí, no fue tan rápido como los del Gran Premio de Brasil, en tierra firme, donde los mecánicos del equipo de la bebida energética bajaron de los dos segundos. Lo han conseguido tres veces en esta temporada.
Para ejecutar esta espectacular acción un auto RB1 de 2005 y un equipo de mecánicos de Red Bull Racing se trasladaron a Rusia y embarcaron en un Ilyushin Il-76 MDK, un avión de entrenamiento para los astronautas rusos en el que experimentan la ausencia de gravedad que se encontrarán en el espacio.
A 33.000 pies de altitud (más de 10.000 metros)
Con la ayuda de la agencia espacial rusa Roscosmos, el equipo llevó el coche RB1 de 2005 al Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Yuri Gagarin en Star City.
En el transcurso de una semana, 16 miembros del equipo de boxes de Red Bull tomaron un curso intensivo en entrenamiento de cosmonautas, en preparación para múltiples vuelos Zero-G, dentro del fuselaje del avión junto con el coche F1 y un equipo de filmación de 10 personas.
Cada vuelo consistió en una serie de parábolas, con el avión subiendo en un ángulo de 45°, luego cayendo en un arco balístico, para producir un período de casi ingravidez de unos 22 segundos antes de la siguiente subida.
Cada toma de filmación fue de aproximadamente 15 segundos y proporcionó la actividad más exigente física y técnicamente que el equipo de demostración en vivo haya emprendido.
Según el coordinador del equipo, Mark Willis: “Mi estómago estaba bien, pero sentía que mi cabeza iba a explotar. Se necesitaron dos o tres intentos para entender lo que estaba sucediendo. Al principio, no podía pensar con claridad, mi cerebro no podía calcular lo que estaba sucediendo. He estado involucrado en algunos eventos especiales, desde colgar el automóvil en Kitzbühel, hasta los lagos salados de Argentina, hemos estado en lugares extraños e hecho algunas cosas extrañas, pero en última instancia, esto es lo más extraño, pero también lo más especial porque simplemente no hay nada comparable”, asegura.
Esta no es sino la última locura que Red Bull Racing ha ‘perpetrado’ con un F1. Antes habían hecho donas en el helipuerto del pirmer hotel de siete estrellas del mundo, rodado sobre la nieve y la arena de la playa de Miami (esto último como parte de un amplio road trip por Estados Unidos) o desafiar a un equipo de rugby a una “melé”.