La oficina en Quito de la Agencia Alemana de Cooperación (GIZ) advirtió de que la violencia contra la mujer le cuesta a las grandes y medianas empresas en Ecuador 1.786 millones de dólares, lo que equivale al 1,65 % del Producto Interior Bruto.
En el estudio, difundido este viernes, se detalla que seis de cada diez mujeres en Ecuador sufre algún tipo de violencia por parte de sus parejas y que 31 de cada 100 trabajadores en empresas grandes y medianas en Ecuador ha estado involucrado directamente en este tipo de situaciones, como agresores o víctimas.
Entre los resultados enunciados en un resumen ejecutivo del estudio de la GIZ se detalla que dentro de las empresas, el 22 por ciento de trabajadoras entrevistadas y el 21 por ciento de los varones consultados admitieron haber sido testigos de casos de violencia contra mujeres.
Añadió que las agresiones más comunes denunciadas por mujeres son las psicológicas, con un 32 por ciento de relevancia, seguidas de las físicas con el 14 por ciento, y las sexuales y económicas con un 5 y 4 por ciento, respectivamente.
Dentro del contexto laboral, entre los tipos de violencia más frecuente se incluye, con un 10 por ciento, las amenazas a mujeres a través del teléfono o mediante el envío de correos electrónicos.
Además, entre los encuestados, el 70 por ciento de mujeres y el 61 por ciento de hombres afirmó que los casos de violencia afectan al desempeño de los involucrados en el trabajo.
El estudio, que se basó en encuestas a 12.101 trabajadores, se realizó en 35 empresas privadas grandes y medianas dedicadas, principalmente, a la manufactura, los servicios, el comercio y la construcción en las ciudades costeras de Manta y Guayaquil, y las andinas de Quito, Ambato y Cuenca.
El estudio de la GIZ recomienda a las empresas implementar sistemas de prevención contra la violencia hacia las mujeres, políticas de “cero tolerancia” a este tipo de agresiones, así como detectar, atender y dar apoyo psicológico y legal a las víctimas.
Ecuador, que intenta frenar la violencia de género a través de múltiples programas institucionales, es el sexto país con la tasa más alta de femicidos de Latinoamérica y el Caribe, y esta es la primera causa de muerte de mujeres entre 16 y 44 años de edad, según Naciones Unidas.
EFE