La fiera acorralada
Era de suponerse, el chavismo, acorralado como quedó a principios de año con el vertiginoso ascenso del presidente Juan Guaidó, se vio perdido…, acorralado y perdido, pero supo reaccionar a tiempo, envolvió a los crédulos opositores en un diálogo inepto y logró extender su agonía. El chavismo no ha muerto, entendió que no le quedaba otra opción sino contraatacar, y lo hizo, unió todas las fuerzas que lo componen e incendió el continente. El 4 de febrero regional ha comenzado.
¿Qué es el chavismo?
Lo primero que hay que resaltar son las fuerzas que componen al chavismo para entender a qué nos enfrentamos. El chavismo es una siniestra composición de narcotráfico, comunismo, terrorismo islámico, guerrilla, corrupción, militarismo, paramilitarismo, malandraje, psiquiatría y cinismo sentado en el poder. Sus socios internacionales son Rusia, Bielorrusia, Turquía, China, Irán, Nicaragua y Cuba. No pierden el tiempo, están alertas, a punto de perder el poder de la mina de oro y petróleo venezolana, lanzó un mordisco continental, contraatacó. Obvio.
Calcinar un continente
Ahora Chile, Ecuador y Colombia entienden mejor a Venezuela y a los venezolanos, lo que hemos padecido desde que el chavismo llegó al poder y no incendió metros, contralorías o plazas públicas sino personas, miles de personas y les disparó en la frente, y les sacó los ojos, y con bombas le partió en pedazos el corazón a niños, y violó mujeres, y lanzó políticos desde un décimo piso, y torturó hasta la muerte a militares, y acribilló soldados y calcinó, insisto, no estaciones de metro sino a un país. Ahora América Latina sabe que el chavismo está dispuesto a todo: lo que ellos han vivido en semanas, nosotros lo hemos padecido durante dos décadas.
El contraataque
Era previsible que el chavismo contraatacaría, muy previsible. No soy pitoniso ni brujo, pero lo advertí hace mucho tiempo. Se sentaron a tomar piña colada con unos criminales en Barbados y descuidaron el único hecho políticamente imaginable para entonces: la hiena herida y acorralada mordería furiosamente para salvar su vida, que es la vida del crimen instalado en el poder. Contraatacaron, no tenían otra opción, reunieron a todos los malandros del continente en el Foro de Sao Paolo que se realizó en Caracas, planificaron, utilizaron todos los recursos habidos y por haber del narcotráfico y la hiena mordió a la cándida y optimista democracia continental.
Los paraísos americanos
La izquierda mundial encontró en el narcotráfico y en la corrupción sus mejores y más impunes financistas. El caso mexicano es emblemático. López Obrador ataca a gente decente y trabajadora, pero libera y abraza a narcotraficantes, les promete un paraíso criminal. Uruguay, por otra parte, paraíso del lavado de dinero de Las Américas, ni con el pétalo de una rosa a todos los corruptos de la región, los agasajan, los cortejan, los veneran. El chavismo, que además de ser narcotraficante y corrupto, es –como hemos dicho– terrorista, militarista, guerrillero y malandro va por el cuello de Chile y Colombia. El chavismo no ha muerto. ¿Incendian sus metros y sus contralorías? A nosotros nos incendiaron el país entero.
Los próximos objetivos estratégicos
No será fácil salir del chavismo continental, para salir de él hay que salir de su versión original en Venezuela, donde se concentran y operan todas sus fuerzas malignas. Cesar la usurpación de Maduro, Cabello y Rodríguez ya no es un tema sólo venezolano, es un tema continental y hasta mundial. Colombia no estará en paz mientras exista el chavismo. Brasil y Estados Unidos son los próximos objetivos estratégicos. Nada se descarta. Mientras el presidente Trump envía tuits, Putin envía militares y armamento a Venezuela. El chavismo muerde y no suelta.
Salvar al continente y al mundo
Gústenos o no, en Venezuela quienes estamos llamados a cesar la usurpación, quienes tenemos la obligación moral y la mayor probabilidad de liberar al país y al mundo del chavismo, somos todos y cada uno de los venezolanos, incluso pese al errático liderazgo político. El centro de la fuerza chavista, el corazón que irradia su sangre venenosa al continente, el conglomerado de toda su estructura criminal opera desde la pequeña Venecia. Para lograr derrocarlo no se puede dialogar ni sucumbir en falsas elecciones, se debe luchar en todos los terrenos y sin descanso, se debe desafiar y sublevarse. Sólo una rebelión popular total en Venezuela salvará al continente y posiblemente al mundo. No exagero. Vean a su alrededor.
Vean…