El papa Francisco se reunió hoy durante unos 25 minutos en el palacio Imperial en Tokio con el recién entronizado emperador del Japón, Naruhito, con quien conversó sobre el medio ambiente y a quien confesó que sus padres lloraron cuando en Hiroshima cayó la bomba atómica.
Fuentes de la Casa Real explicaron que el papa le dijo al emperador que él tenía 9 años cuando sucedió aquello y que se acuerda de ver a sus padres llorando cuando oyeron que habían lanzado bombas atómicas y eso le dejó una profunda huella.
Francisco llegó en coche hasta la entrada del palacio donde le esperaba el emperador vestido con traje oscuro y pasaron algunos minutos estrechándose la mano y saludándose antes de entrar a la reunión.
Después en una enorme sala con escaso mobiliario, llamada “del Bambu”, sentados en dos sillas y con una mesa con un enorme jarrón con flores en el fondo, comenzaron la reunión gracias a un intérprete por parte de la Casa Real.
Las mismas fuentes relataron que el emperador, a quier no acompañó la emperatriz, Masako, agradeció al pontífice argentino el encuentro que mantuvo por la mañana con las víctimas del terremoto de Fukoshima, que provocó un enorme tsunami y el falló en su central nuclear.
Otro de los temas tratados fue el medio ambiente y la importancia del agua y Francisco explicó que la crisis medioambiental es muy difícil de resolver porque está conectada con la economía y agregó que por eso se dice que el agua causará el próximo conflicto.
El papa regaló a Naruhito un mosaico realizado por la fábrica del Vaticano que reproduce una vista del Arco de Tito, en Roma, del pintor Filippo Anivitti.
De nuevo, y siempre solos, el emperador acompañó al papa a la salida para despedirlo y no han transcendido más detalles de la cita.
El papa y Naruhito mantuvieron una reunión en el Vaticano en 2016, cuando aún no era emperador.
En esta tercera jornada de su visita a Japón, Francisco también se entrevistará con el primer ministro, Sinzho Abe. EFE