Cierto, valiosa representación la de la 16 de Julio. Creo que, sin ella, la Asamblea Nacional sería otra cosa.
Le ha dado empuje a un parlamento que tiene por deuda histórica la inconsecuencia con los resultados de la consulta popular del 16 de julio de 2017 que, faltando poco, avaló para luego pretender legitimar no sólo el concurso de los partidos dominantes en los comicios regionales y municipales, sino en el diálogo confeso e inconfeso de República Dominicana y Oslo. A contracorriente, con valentía y profundidad del planteamiento, los integrantes de la Fracción Parlamentaria 16 de Julio se opusieron abierta y frontalmente peleando hasta por el mismísimo derecho de hablar en las plenarias.
Son varios los ejemplos de una actuación decorosa de la FP-16J, pero resaltan especialmente dos que les fueron combatidas al principio y, a la vuelta de la esquina, reconocidas. La una, solicitada casi un año antes, la aplicación del artículo 233 de la Constitución que final e inexorablemente aceptó Juan Guaidó a pesar de la resistencia de los socios políticos, aunque no lo ha asumido a cabalidad jugando a la candidatura presidencial, sin el cese de la usurpación; y, la otra, cuya paternidad no reclama, el impulso decidido del TIAR que fue, ya inevitable, aprobado aunque queda en pie la propuesta del artículo 187, numeral 11 constitucional que ni siquiera es llevado a debate para que el cuerpo la rechace o la acoja.
Importantes iniciativas políticas de envergadura, ya referidas, se suman posturas que ponen a prueba la resistencia de la FP-16J, ya que, por mayo del presente año, se opuso a la aprobación del pago de los intereses de los bonos 2020, por ilegales, y, ya para octubre, no le quedó más remedio a la cámara que darle la razón – y tarde – cuando volvió el tema a la plenaria. Pero aquélla supo de una campaña que intentó descalificarla y desprestigiarla, sin éxito, ya que también ha insistido en profundizar las investigaciones en torno a Andrade y Gorrín, como ahora se niega a la conformación de un CNE para unas elecciones prêt-à-porter de cohabitación con la dictadura.
José Luis Rodríguez Zapatero no podía siquiera anunciar su venida a Venezuela, cuando se extendían las alfombras de la AN para recibirlo, como un héroe o un referente inobjetable, pero – en la mejor práctica parlamentaria – la FP-16J introdujo con tiempo un proyecto de acuerdo que duramente lo cuestionó y, ante las evidencias, no tuvo más remedio el parlamento que objetarlo Desde entonces, para desdicha de los feligreses del patio, el español no volvió a ser el mismo en Venezuela y, así, ésta se ahorró muchos de los perjuicios que le propinó con los diálogos.
Muy lejos de celebrarla, la FP-16J todavía rechaza la presencia de los ex – diputados de la dictadura que abandonaron sus cargos y aceptaron posiciones relevantes de poder, pidiendo que la cámara discuta y haga la debida calificación. Esto es, ajustándose fielmente al derecho parlamentario. Pero habría que ver las cartas que dirige a la junta directiva, los votos salvados y las propuestas de acuerdo que son sistemáticamente evadidas, para saber cómo asumen apropiadamente el desempeño como legisladores, ofreciendo alternativas – además – en materias supuestamente secundarias que van desde la ayuda humanitaria, pasando por las penurias de los enfermos de Parkinson, hasta la defensa de la autonomía universitaria, dándole prestancia al ejercicio de representación ciudadana.
Días atrás, en un cumpleaños, coincidí con un amigo con el que compartí la inquietud: la FP-16J es un fenómeno sin precedentes por sus actuaciones en un ambiente tan hostil y quizás el ejemplo que se le acerca un poquito está en las actuaciones de La Causa R en los años ’90, pero ella actuaba en un país de mínimas y convincentes libertades públicas, como en un Congreso Nacional que respetaba los procedimientos, así no lo quisiera el bipartidismo. Intenté hacer memoria de otros antecedentes como la Minoría Opositora que se negó a la Ley de Hidrocarburos de 1943, al MIR que sacudió las curules a principios de los ´60, el perezjimenismo que impuso otro tablero al finalizar el decenio, la promesa finalmente incumplida de la Nueva Generación Democrática al principiar los ´90, pero ninguna de ellas le llegan a la significación, empuje y pertinencia de la FP-16J que hace poco cumplió dos años de fundada.