Esta introducción la hacemos considerando que experimentados analistas apelaban a la figura del estancamiento, considerando la lucha como un continuo progreso en la consecución de los objetivos perseguidos, ignorando u olvidando que toda lucha social y política está signada por avances y retrocesos. En algunas oportunidades he señalado tratándose de una gráfica no la podríamos representar como una línea inclinada ascendente, más apropiado sería emplear una en zigzag.
Ahora algunos pretenden disminuir la importancia de la concurrencia en el caso de la convocatoria en la capital, comparándola con las marchas del primer trimestre del año, sostenemos que tal comparación no es válida, procede hacerla con las convocatorias más recientes. Cierto es que no hubo la asistencia de los primeros meses, pero sin dudas fue la mejor de las últimas realizadas. Superado el debate sobre este aspecto, se apela entonces a señalamientos sobre lo repetitivo del discurso político o la improvisación de convocatorias al final de la actividad, critica que podemos compartir, sin negar lo que consideramos el logro principal.
La oposición venezolana tiene no solo una inmensa capacidad de resistencia, posee además otras cualidades:su competencia para superar obstáculos, asimilar los golpes y superar sus propios errores y reinventarse, eso ha sido demostrado durante estos largos veinte años. Cuando corresponda escribir la historia de este periodo esas características tendrán que ser destacadas. No tiene sentido tampoco la comparación de nuestra situación con la de Cuba, lamentablemente para la oposición cubana, ella jamás contó con esas capacidades.
Al reconocer las mencionadas virtudes no pretendemos obviar, el conjunto de carencias, limitaciones y problemas de los que adolecen las organizaciones democráticas, se trata de hacer un balance ponderado de las fuerzas; para poder asumir los nuevos retos que están planteados.
Es tiempo de redefinir la estrategia para el próximo año, lo que necesariamente implica realizar un balance del presente, el adversario tiene perfectamente definido los lineamientos de su comportamiento político para el 2020, ya ha iniciado un intento de mejoramiento de su proyección internacional, la gira que realiza por el parlamento europeo persigue ese objetivo, pretendiendo proyectar con el acompañamiento una imagen de amplitud y diálogo, los parlamentarios del viejo continente tienen pleno conocimiento de la representatividad del liderazgo de la Asamblea Nacional representado por su Directiva, de tal manera que no les será nada fácil al régimen y sus acompañantes lograr ese objetivo en la Unión Europea.
La exigencia de elecciones presidenciales libres continúa siendo una bandera fundamental de las fuerzas lideradas por Juan Guaido, no sólo las parlamentarias que deben realizarse el próximo año, afinar la estrategia para posibilitar adecuarnos a las nuevas realidades sigue siendo una necesidad, no bastaría con enarbolar unos propósitos, se trata de diseñar su viabilidad, ello solo es posible alcanzarlo si se opera con la claridad y destreza, con la amplitud que se ha actuado en otros momentos cruciales del pasado reciente, superando los errores cometidos, para salir airosos de un nuevo desafío.