En muchas ocasiones, durante las semanas de la moda, el diseño de la manicura asume un papel secundario frente a las grandes protagonistas: peluquería, maquillaje y, cómo no, la moda. Sin embargo, ese no fue ni mucho menos el caso de los desfiles de primavera-verano 2020. En muchas pasarelas fueron precisamente las uñas —y no el estilismo o el maquillaje— lo que más llamó la atención (y, por ende, tuvo más corazoncitos y ‘me gusta’ en redes). Recordamos las tendencias de manicura de primavera-verano 2020 para que nos alegren los fríos meses que nos esperan. Aquí te traemos nuestras preferidas
Por: Vogue
La manicura francesa: una vuelta de tuerca a los noventa
Los noventa vuelven por la puerta grande. Desde las reposiciones de Friends o de Crueles intenciones en Netflix, pasando por el labial marrón (por ejemplo, el tono Coffe Shimmer de Rimmel London), las minigafas de sol al más puro estilo Matrix o las riñoneras. En cuanto a las uñas, este nuevo idilio con los noventa nos trae la esperadísima vuelta de la manicura francesa, pero su nueva versión no tiene nada que ver con aquellas uñas largas y cuadradas que llevábamos antaño.
Un momento de Euphoria alegre y atrevido
Sí, ya hace meses que se estrenó, pero seguimos obsesionadas con Euphoria, de HBO. La efusiva personalidad de la serie se pudo atisbar en los looks atrevidos y lúdicos de primavera-verano 2020, pero en la manicura es donde realmente vimos la relación causa-efecto. ¿En qué se traduce esta influencia? Apliques brillantes, colores vivos, purpurina y nail art en todas sus formas. En Roland Mouret, la célebre artista Marian Newman recreó en las uñas el efecto mármol de la línea de joyería extragrande de la colección, mientras que en Julien MacDonald optó por un efecto metalizado y reflectante. En House of Holland, con la laca de uñas de OPI, la artista Jenni Draper mantuvo la continuidad de la purpurina que las modelos llevaban como sombra de ojos. Y en la Semana de la Moda de Nueva York vimos una vorágine de diseños elaboradísimos; destacó Mei Kawajiri, que usó apliques brillantes y pintó corazones, mariposas y estampados de tartán en las uñas.
Lo natural nunca estuvo tan de moda
Igual que cada vez vemos más el ‘no makeup makeup’, también tenemos su reflejo en uñas brillantes, saneadas y arregladas. El look que creó la artista Rita Remark para Kate Spade en el desfile de primavera-verano 2020 es la opción por la que todas optamos cuando queremos llevar las uñas aseadas: cortitas y redondeadas, con el largo justo y nada más que una capa de la legendaria laca de uñas Mademoiselle de Essie, base y brillo. ‘Mademoiselle’ ha sido una de las que no se ha perdido ni una semana de la moda y sigue siendo el color neutro más favorecedor para cualquier tono de piel. Remark creo un estilo con un aire similar —pero con una uña más larga y de forma más retro— en Veronica Beard, donde combinó diferentes tipos de nude rosados. Las uñas elegantísimas de Simone Rocha en un todo casi nude lo tienen todo. Fueron obra de la manicurista Ama Quashie, afincada en Londres, que optó por uñas cortas en tono French Rose de Kure Bazaar y adornadas con una sencilla perlita que lleva las uñas aseadas a un nivel completamente diferente.
Adiós, practicidad. Hola, fantasía
Aunque esta temporada las manicuras han hecho gala de inspiraciones de lo más diversas —experimentando con el color, los dibujos y los acabados—, hay un detalle que ha reinado de manera incontestable: el largo (muy largo). Desde las uñas en tonos baya (con lacas de Essie) en Tommy Hilfiger x Zendaya, de Naomi Yasuda, a las ‘garras’ en punta de Mei Kawajiri para Tom Ford, se llevan muy largas y poco prácticas (pero la fantasía bien que vale la incomodidad).
