Los días festivos suelen conmemorar una fiesta religiosa o nacional, pero pocos son tan celebrados como Thanksgiving, o Día de Acción de Gracias, cuando la familia y amigos se reúnen para cenar y agradecer lo mucho o lo suficiente que tienen para vivir.
Los orígenes de esta festividad se remontan a 1620, cuando un grupo de inmigrantes ingleses desembarcaron en la costa de lo que hoy conocemos por Massachusetts y tras un duro invierno aprendieron de manos de los indios a cultivar y cazar para comer.
Los libros de historia recuerdan que la primera cosecha, mayormente maíz y otros granos, rindió lo suficiente para almacenar y en agradecimiento los ingleses invitaron a los indios a una gran cena para compartir los productos recolectados.
Básicamente, según cuenta la historia, ese fue el origen de la fiesta de la cosecha, que se convertiría con el tiempo en la tradición de Acción de Gracias.
Desde entonces, la popularidad de la festividad fue creciendo y celebrada en múltiples fechas. Desde la época de los colonos hasta el tiempo del presidente Abraham Lincoln, Thanksgiving tuvo incluso diferentes días de un estado a otro hasta que la mayoría adoptó el último jueves de noviembre.
De hecho, unos años después, en 1863, el entonces presidente Abraham Lincoln proclamó oficialmente la celebración del Thanksgiving Day el último jueves de noviembre.
Casi un siglo después, en 1941, el Congreso de Estados Unidos declaró el día de Acción de Gracias festivo nacional.
El lugar
En la costa noroeste del país, donde el océano Atlántico es más bravo y abundan los pueblos de pescadores y marinos, hay un pequeño lugar que tiene mucho que ver con la historia del Día de Acción de Gracias.
Prácticamente oculto en los mapas de la región, a sólo 40 millas de Boston, yace el enclave que los peregrinos del barco Mayflower llamaron Plymouth en 1620 y donde realizaron más tarde la gran cena de Thanksgiving.
En ese caso, Plymouth cuenta con el capítulo único de haber sido fundado por aquellos que buscaban nuevas tierras donde profesar libremente su fe y laborar sin grandes conocidos ánimos de lucro. Un lugar que hoy luce elegante casonas de antaño y calles muy pintorescas que parecen indicar la ruta a seguir para conocer la historia.
Mayflower II
Un parque temático dedicado al histórico asentamiento es el principal punto de atracción. Llamado Plimoth Plantation, escrito con “i” y faltando la “u”, como originalmente le llamaron los peregrinos hace casi 400 años, muestra una singular reproducción de aquel primer poblado con calles y caminos, pequeñas moradas acondicionadas a la época de entonces, así como edificaciones públicas donde aquellos primeros habitantes se reunían para orar, escuchar a su líder o simplemente atender los asuntos comunitarios. Es una típica aldea que es siempre armonizada por una plantilla de empleados y guías turísticos que vistiendo viejas prendas remontan al visitante a la época alegórica.
Sin embargo, es la réplica del barco Mayflower el principal punto de atracción. Una reproducción realizada por un grupo de investigadores en 1956 y que fue bautizada como Mayflower II.
Desde entonces, la singular embarcación de unos 100 pies de largo descansa atada al pequeño muelle que distingue a la comarca, donde se aprecia igualmente la famosa piedra cuya inscripción lee 1620.
Plymouth
Ésta es la época del año cuando más turistas concurren a Plymouth. De hecho, la mayoría de los restaurantes cuentan con una lista de reservas que fácilmente se puede agotar. Una gran cena con pavo relleno, batata dulce, jalea de arándano y pastel de manzana tiene lugar en las inmediaciones de Plimoth Plantation, donde también es imperativo reservar con tiempo.
Controversias
Hay quienes cuestionan el lugar dónde se celebró aquella cena: si fue cerca de Plymouth o en Berkeley Hundred, en Virginia, donde otro grupo de colonos se asentó.
Otros incluso reclaman que el primer Día de Acción de Gracias fue celebrado por los exploradores españoles en Texas, en una localidad que llaman hoy San Elizario, en 1598. Hay más, académicos de University of Florida aseguran que esa primera gran cena de agradecimiento se realizó en un lugar que hoy conocemos por San Agustín, en Florida, el 8 de septiembre de 1565.
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Hoy Thanksgiving es una de las fechas más veneradas en el país. No solo sirve para agradecer y desear lo mejor, sino que también facilita el encuentro de familiares y amigos, que a pesar de las largas distancias buscan la forma de visitarse un día tan especial.
Por ello, el día que preside al cuarto jueves de noviembre es el más ocupado en aeropuertos y carreteras del país. También lo es en las manos de organizaciones caritativas, que unen esfuerzos para recabar alimentos, repartirlos o preparar cenas para cientos de familias.
Con el espíritu de compartir, organizaciones comunitarias y/o caritativas ofrecen alimentos o comidas a los más necesitados, en particular a los que no tienen un hogar.
En Miami, el mejor ejemplo es Camillus House, que por más de 55 años ha asistido a los más necesitados y ofrecido una cena conmemorativa a más de 500 personas cada Día de Acción de Gracias.