Miles de colombianos marcharon el miércoles en medio de cantos y bailes en la tercera huelga nacional contra las políticas económicas y sociales del presidente Iván Duque, antes de un nuevo diálogo entre líderes de la protesta y el Gobierno para buscar un acuerdo que ponga fin a las manifestaciones.
La huelga, convocada por sindicatos, estudiantes y organizaciones sociales, fue la última en dos semanas de protestas que comenzaron con la participación de cientos de miles de manifestantes, pero que con el paso de los días se han reducido.
Las protestas obligaron al presidente Duque a iniciar una “Gran Conversación Nacional” sobre temas económicos y sociales.
El Comité Nacional de Huelga, liderado por los sindicatos, se negó a suspender la huelga del miércoles y exige una negociación directa con el gobierno.
Las manifestaciones, en gran medida pacíficas, terminaron con algunos disturbios en los primeros días, con saqueos a comercios y ataques de encapuchados contra estaciones de transporte público y autobuses, que llevaron al Gobierno a decretar toque de queda en las ciudades de Bogotá y de Cali.
Los manifestantes presentaron 13 demandas que consideran un amplio abanico de asuntos, que incluyen acciones para frenar los asesinatos de activistas sociales, la implementación del acuerdo de paz con la desmovilizada guerrilla de las FARC y la disolución de un escuadrón antidisturbios de la policía al que acusan de uso excesivo de la fuerza en las protestas.
También se oponen a una reforma tributaria que reduce los impuestos a las empresas y rechazan planes para aumentar la edad para acceder a la pensión, así como el pago de un salario por debajo del mínimo a los jóvenes, medidas que Duque ha negado estar considerando.
La ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, estimó que unas 40.000 personas participaron en las marchas del miércoles, mientras que reportó bloqueos de vías en ciudades capitales por parte de algunos manifestantes.
Los trabajadores y estudiantes llegaron pacíficamente en Bogotá hasta la Plaza de Bolívar, en el centro histórico de la ciudad, frente a la sede del Congreso y de la Presidencia.
“Es un momento de despertar para muchos sectores de nuestro país. Los pobres son muy pobres y los ricos se están quedando con todo”, dijo Silvia Torres, una madre de 38 años que marchó con su hija Amelia, de apenas 1 año.
Cinco personas han muerto en las protestas, que siguen a manifestaciones en otros países de América Latina como Ecuador, Bolivia y Chile.
El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Diógenes Orjuela, anunció que el jueves continuarán las conversaciones con el gobierno para buscar un acuerdo, mientras se mantienen las protestas.
Representantes del Gobierno dijeron que algunas demandas de los organizadores de las protestas, como la disolución de un escuadrón antidisturbios de la policía, son imposibles de cumplir.
Reuters