París Hilton lo tiene todo: fama, belleza, dinero y un vídeo sexual que durante semanas fue lo más visto en Internet. La diletante heredera, con aspiraciones a hacer carrera en el mundo del espectáculo, aprendió a finales de 2003 lo imposible que resulta ponerle puertas al espacio cibernético. Aunque los abogados de su familia intentaron bloquear la difusión de una íntima grabación realizada tres años antes en un hotel de Las Vegas, las comprometidas imágenes de esta “pobre niña rica” circularon libremente por la Red a la velocidad fulgurante que proporciona una de las fuerzas más formidables dentro de la cultura de masas: el morbo.
Las piruetas sexuales de París con su entonces novio, Rick Salomón, se convirtieron en un clásico instantáneo entre los cibernautas. Y como no podría ser de otra forma, todos los protagonistas del vídeo se embarcaron en multimillonarias querellas. La joven rebelde se declaró “avergonzada y humillada”, lamentando públicamente el dolor causado a sus padres.
Su fama se debe únicamente a saltar de escándalo en escándalo: el arranque fue el video porno hasta ser condenada a tres años de libertad condicional tras no impugnar un cargo por conducir ebria. Nada bueno en su estilo de vida debió encontrar Barron Hilton, su abuelo y el mandamás de su poderosa familia (propietaria de la cadena hotelera), cuando decidió excluir de su testamento a su díscola nieta tras una sucesión de polémicas. Las finanzas de la heredera desheredada, sin embargo, nunca necesitaron una inyección de dinero: la televisión, la moda, la música y la parranda en sus múltiples variedades engordaron de tal manera su cuenta corriente, que su fortuna, según la revista “Forbes”, es una de las más considerables del mundo.
La joven ha concedido esta semana una entrevista con el diario estadounidense “Los Ángeles Times” en la que recuerda ese terrible episodio de su vida. “Cuando era niña, siempre admiraba a la Princesa Diana y a mujeres así, a las que respetaba mucho. Sentí que cuando ese hombre hizo pública la cinta, básicamente me quitó eso que tanto quería para mí porque durante el resto de mi vida la gente me iba a juzgar y a pensar en mí de una manera diferente por un momento privado con alguien en quien yo confiaba y amaba”, confiesa Hilton.