Productos provenientes de México, Ecuador, Panamá, Turquía, Alemania y China son los que abastecen la mayoría de los anaqueles en las tiendas Clap, donde desde hace un año ya es posible cancelar en dólares o al cambio en moneda nacional y se ha convertido en un sistema de pago constante.
Raylí Luján / La Patilla
Los principales establecimientos de la marca impulsada por la compañía Salva Foods, a cargo de Carlos Lizcano -relacionado con Alex Saab, sancionado por EEUU- se encuentran surtidos de importaciones pese a las constantes quejas del régimen de Nicolás Maduro sobre el impedimento que le causan las sanciones para traer alimentos y medicinas al país.
Los inventarios se reponen con frecuencia, de acuerdo a trabajadores de tiendas Clap en el Centro Comercial Ciudad Tamanaco (CCCT), a excepción de ciertos artículos como cauchos y aceites.
Los precios que se reflejan en estos comercios pueden ser tan elevados como los que se consiguen en los grandes supermercados privados. Una lavadora puede ubicarse entre 9 millones y 32 millones de bolívares y un kilo de carne de primera en 150 mil bolívares.
La similitud que alguna vez se pudo hacer entre las tiendas Clap, cuya supervisión está en manos del régimen, y los bodegones privados cada vez es más alta y logra desmontar el discurso chavista, crítico del capitalismo.