“Las droguerías no están vendiendo ningún tipo de anticonvulsivos desde hace un mes. Nos encargamos de vender lo que ellos tienen disponible”, informó Keibi León, encargado de la farmacia Abella III, ubicada en el Minicentro comercial Caro, en Caribe.
Manifestó que son muchas personas que llegan al establecimiento en busca de estas medicinas y manifiestan su angustia, pues si no se toman la dosis correspondiente, entran en crisis.
El problema es grave para los pacientes epilépticos, ya que por fiebre, accidentes u otras condiciones pueden aparecer las convulsiones y no hay remedios para contrarrestarlas.
Igualmente indicó que la suspensión Pediacort, utilizado para nebulizar a los niños con asma, está agotado en el estado desde hace tres meses, al igual que los psicotrópicos para adultos, antibióticos para infecciones urinarias y las gotas oftalmológicas.
Según León, se enfocan en solicitar antialérgicos y antibióticos, tales como la Amoxicilina, que entre otros “es lo más vendido”.
Uno de los remedios con mayor demanda en la población es para las tos, sobre todo en esta época decembrina. Allí el Broxol pediátrico tiene un costo de 37.000.