Gustavo Tovar-Arroyo: ¡Estamos vivos!

Gustavo Tovar-Arroyo: ¡Estamos vivos!

 

El abrazo
Escribo sentado en el piso, no lo hago por una causa mística ni energética, no busco reconciliar mi cuerpo con la madre tierra ni nada de eso. Escribo en el piso —incomodísimo— porque donde estoy no hay sillas ni mesas y no quiero cerrar el año sin hablarte.
Sí a ti, a nadie más sino a ti, porque sé que estás sintiendo la misma frustración que yo y necesito que nos alentemos y levantemos juntos. Antes, por favor, abracémonos.
¡Estamos vivos!

El renacimiento
Ven, acércate, desahoga tu rabia, tu desaliento y tu tristeza en un abrazo, seamos —tú y yo— dos venezolanos náufragos de su tiempo, sobrevivientes de la peste chavista, que se encuentran “vivos” en la orilla de nuestra fatalidad histórica y se abrazan.
Abracémonos fuerte, muy fuerte, que la dualidad del abrazo vincule a una nación y la reinvente, que dios renazca entre nosotros, que el mundo renazca, que Venezuela renazca.
¡Estamos vivos!

La memoria
Vivos pero náufragos, no hay duda. Tras la estela que dejamos hay memorias terribles, la peste chavista ha sembrado de cruces nuestro camposanto, nuestros compañeros han sido encarcelados, torturados, sodomizados, han sido asesinados.
La maldad chavista ha atiborrado nuestro espíritu de heridas, sí, estamos heridos, muy mal heridos, pero vivos. Nuestro aliento venezolano nos enlaza en el abrazo.
¡Estamos vivos!

El derrocamiento
Nada será igual después de la tragedia, ni tú ni yo ni nadie será el mismo. Esta devastación atroz que hemos padecido…, más bien, que estamos padeciendo nos obliga y exige seguir luchando. Por los niños caídos, por los mártires, por ti y por mí, por nuestros hijos.
“Seguir luchando” entre nosotros significa una sola cosa: derrocar al chavismo, abolirla, enjuiciarla, sentenciarla a cadena perpetua. No podemos descansar hasta lograrlo.
¡Estamos vivos!

La nación
La incomodidad del lugar desde donde escribo me hace entender mi compromiso contigo, sí, contigo que para mí eres Venezuela. Porque una nación es la gente, es su lenguaje, su cultura, sus ideales y sueños; una nación es un aliento vivo y para mí la nación eres tú que sigues luchando. Sí, tú que luchas, que desafías, que tienes un sueño de libertad.
Y Venezuela, pese al horror de nuestro tiempo, pese a la mortandad, la ruina, la tortura, la sodomización y la muerte, te necesita…, nos necesita.
¡Estamos vivos!

El sueño
No sé qué pasará en el año 2020, lo único que sé es que lucharé contigo, que no nos rendimos, que después del naufragio y pese a la frustración, la rabia y la tristeza, sabemos que no hay manera de que nos dobleguen, porque en nosotros el sueño de libertad de nuestros caídos está vivo.
Esperemos el mejor momento, sea cual sea, para rebelarnos, para desafiar a la dictadura y derrocarla, para hacerla morder el lodo sangriento que han causado, pero no descansemos. No nos rindamos. Luchemos, sigamos luchando, sólo pensemos en la victoria.
¡Estamos vivos!

 

@tovarr

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