Una portavoz del Gobierno alemán afirmó este viernes que el asesinato del general iraní Qasem Soleimani por parte de EE. UU. es una “reacción a una serie de provocaciones militares responsabilidad de Irán”, aunque destacó la importancia de “desescalar” la situación.
La portavoz del Ejecutivo Ulrike Demmer señaló a la prensa que Alemania comparte con EE. UU. la “gran preocupación” ante las actividades de Irán, subrayando sin embargo que “los conflictos regionales sólo se pueden resolver por medios diplomáticos”.
“Nos encontramos en una escalada peligrosa y ahora se trata de actuar con contención y calma para contribuir a ‘desescalar’ la situación”, aseveró Demmer en Berlín en la primera rueda de prensa ordinaria del año.
Entre las prioridades del gobierno alemán, la portavoz destacó la necesidad de evitar que Irak se vea absorbido por el conflicto y que todas las partes mantengan el interés por la lucha contra el autodenominado Estado Islámico (EI).
“Compartimos la crítica de EE. UU. al papel destructivo de Irán,” afirmó por su parte el portavoz del Ministerio de Exteriores Christofer Burger, señalando que el ataque estadounidense no había “venido de la nada” sino que existe “un largo historial previo”.
El portavoz justificó la negativa del Gobierno a condenar el ataque indicando que Soleimani se encontraba en la lista de terroristas de la Unión Europa.
No obstante, Burger señaló que desde la salida de EE. UU. del acuerdo nuclear con Irán -conocido como JCPOA por sus siglas en inglés-, Alemania no se ha unido a la política de su socio, sino que por el contrario se ha esforzado por rebajar tensiones.
Alemania extremará además las precauciones en lo que respecta a los 130 soldados destacados en Irak, que se dedican principalmente a labores de entrenamiento del ejército iraquí.
Según anunció este viernes el Ministerio de Defensa alemán, los militares que se encuentran en Bagdad y en Taji -a 30 kilómetros de la capital- no abandonarán por el momento las instalaciones militares.
EFE