En abril de 2019, mientras Venezuela atravesaba días convulsos, con masivas protestas en contra del régimen de Nicolás Maduro, su ministra de Turismo, Stella Lugo Betancourt, viajaba a China para participar en la Feria Mundial de Viajes de Shanghái. Lugo encabezó la delegación venezolana que buscaba impulsar el turismo en Venezuela. Pero en su gira, la ahora enviada como “embajadora” de Maduro en Argentina también promovió un pacto con una controvertida aerolínea iraní, sancionada por transportar armas y terroristas.
Por Infobae
“En el primer día de la Feria Mundial de Viajes de Shanghái sostuvimos importantes reuniones entre ellas con representantes de la aerolínea iraní Mahan Air con quien estamos en conversaciones para establecer alianza comercial que permita el intercambio de turistas entre Irán y Venezuela”, publicó Lugo en su cuenta de Twitter.
Diez días antes, la Organización de la Aviación Civil de Irán había anunciado que llegaba a Venezuela el director del Departamento de Relaciones Exteriores iraní para América, Mohsen Baharvand, para discutir el establecimiento de vuelos directos de la compañía entre Teherán y Caracas. Baharvand, además de diplomático, es abogado y trabajó durante años defendiendo a los iraníes acusados de participar en el atentado contra la sede de la AMIA en Buenos Aires.
Desde octubre de 2011, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos acusó a la empresa Mahan Air de haber transportado armas, equipos y fondos de la Guardia Revolucionaria Islámica – Fuerza Quds (IRGC-QF, por sus siglas en inglés).
“La estrecha coordinación de Mahan Air con el IRGC-QF, que transporta secretamente operativos, armas y fondos en sus vuelos, revela otra faceta de la extensa infiltración de la Guardia Revolucionaria Islámica en el sector comercial de Irán para facilitar su apoyo al terrorismo”, dijo en su momento el subsecretario para Terrorismo e Inteligencia Financiera, David S. Cohen.
Según el Tesoro de EEUU, Mahan Air proporcionó servicios de viaje a personal de la Guardia Revolucionaria Islámica que volaba hacia y desde Irán y Siria para entrenamiento militar. También señaló a la aerolínea de facilitar el viaje encubierto de presuntos oficiales de la milicia islámica dentro y fuera de Irak.
Además, la compañía fue acusada de proporcionar servicios a Hezbollah, al transportar personal, armas y bienes en nombre del grupo terrorista.
A comienzos de 2019 Alemania y Francia le prohibieron a Mahan Air operar en su territorio. Y el 11 de diciembre, Estados Unidos reafirmó su postura e incorporó en la lista OFAC a otras tres empresas de Asia y Medio Oriente por violar las sanciones y mantener relaciones con la aerolínea.
El secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin, afirmó que “el régimen iraní utiliza sus industrias de aviación y transporte marítimo para suministrar armas a sus grupos terroristas y militantes regionales, contribuyendo directamente a las devastadoras crisis humanitarias en Siria y Yemen”, y advirtió que “las industrias de la aviación y el transporte marítimo deben estar atentas y no permitir que sus industrias sean explotadas por terroristas”.
Otros pactos con Irán
Pero este no es el único vínculo de Stella Lugo Betancourt con Irán. En 2018, en el marco de la Feria Internacional de Turismo de Venezuela (FitVen), la entonces ministra se reunió inversionistas iraníes, entre ellos representantes de la empresa constructora Tarasazeh.
El historial de esta compañía está plagado de irregularidades detectadas por los propios organismos del Estado. En su informe del año 2014, la Contraloría General de la República señaló el incumplimiento de los contratos para la producción de materiales de construcción de viviendas.
“Corpivensa formuló el programa de producción consolidado de kits de viviendas para las fábricas Tinaquillo, Los Cabimos y Leonarda Rivas, el cual contemplaba que al 30 de septiembre de 2013, se producirían 8.544 kits de vivienda en las 3 plantas, sin embargo, solo se habían producido 180 kits, equivalentes al 2,1% del total planificado”, decía el informe de la Contraloría venezolana.
A pesar de estas irregularidades, el Ministerio de Turismo, bajo el mando de Stella Lugo, informó sobre la firma de un convenio con Tarasazeh “para fortalecer e impulsar el sector turístico entre ambas naciones y crear futuras cooperaciones comerciales”.
La edición de FitVen 2018 contó con la participación del embajador de Irán en Venezuela, Mustafá Alaei, y fue clausurada por el propio Nicolás Maduro con un acto que se transmitió en cadena nacional de radio y televisión, donde ratificó la intención de su dictadura de obtener financiamiento a través del turismo.