“Hagamos como los chilenos”, marchan contra aumento del transporte en Brasil

“Hagamos como los chilenos”, marchan contra aumento del transporte en Brasil

Manifestantes protestan contra el aumento de la tarifa de autobuses, este martes, en Sao Paulo (Brasil). Casi 600 personas marcharon este martes por las calles de Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, contra el aumento del precio del transporte público, inspirados esta vez en las manifestaciones de Chile que derivaron en un estallido social. La protesta, convocada por el Movimiento Passe Livre, partió de la sede del Ayuntamiento de Sao Paulo y de forma pacífica siguió hasta la Avenida Paulista, en el corazón financiero de la ciudad, bajo un fuerte dispositivo policial compuesto por unos 800 agentes. Esta es la primera concentración de 2020 contra el aumento de las tarifas de metro, autobús y tren de Sao Paulo, un acto reivindicativo que se viene repitiendo en la capital paulista los últimos años, aunque ha perdido fuerza paulatinamente. EFE/ Sebastiao Moreira

 

Casi 600 personas marcharon este martes por las calles de Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, contra el aumento del precio del transporte público, inspirados esta vez en las manifestaciones de Chile que derivaron en un estallido social.

La protesta, convocada por el Movimiento Passe Livre, partió de la sede del Ayuntamiento de Sao Paulo y de forma pacífica siguió hasta la Avenida Paulista, en el corazón financiero de la ciudad, bajo un fuerte dispositivo policial compuesto por unos 800 agentes.





Esta es la primera concentración de 2020 contra el aumento de las tarifas de metro, autobús y tren de Sao Paulo, un acto reivindicativo que se viene repitiendo en la capital paulista los últimos años, aunque ha perdido fuerza paulatinamente.

Con carteles como “Fuego a los torniquetes” o “hagamos como los chilenos”, los manifestantes expresaron en esta edición su deseo de que el acto de este martes sea la “chispa” para indignación mayor contra no solo la subida del transporte, sino también contra la política de corte liberal del Gobierno de Jair Bolsonaro.

“Para nosotros, en Brasil, la juventud chilena es una inspiración porque es una juventud que históricamente se movilizó mucho contra el neoliberalismo” y “el año pasado dieron una lección de movilización para toda Latinoamérica”, afirmó a Efe Bruno Carvalho, de 24 años, estudiante de la Universidad de Sao Paulo.

Talles Almeida, también estudiante universitario, califica igualmente el movimiento chileno de “inspirador”, aunque reconoce que, “infelizmente”, está lejos de que suceda lo mismo en Brasil en el corto plazo.

El estallido social en Chile, que se prolonga desde finales de octubre de 2019, comenzó como una protesta contra el aumento del precio del transporte y derivó en un clamor nacional al que se unieron otro tipo reivindicaciones sociales.

En Sao Paulo, el Movimiento Passe Livre denunció la subida de diez centavos de real (2,5 centavos de dólar) del billete sencillo de transporte, que desde el 1 de enero cuesta 4,40 reales (1,1 dólares), lo que supone un aumento del 2,32 %.

Lara Barros, de 17 años, dijo a Efe que los trabajadores comunes “no tienen condiciones” de asumir esa subida, en un momento delicado del país, con una tasa de desempleo que se mantiene por encima de los dos dígitos (11,2 % o casi 12 millones de personas), y criticó también la eliminación de algunas líneas de transporte público.

La Secretaría de Transportes de Sao Paulo defendió en una nota que el reajuste está por debajo de la inflación del país, que actualmente se sitúa en el 3,27 %.

Por su parte, la Alcaldía de Sao Paulo alegó que desde principios de 2017 se ha llevado a cabo una renovación de la flota con más de 4.8000 autobuses nuevos, lo que supone casi el 35 % del total.

En junio de 2013, el Movimiento Passe livre también fue el principal impulsor de las protestas en Sao Paulo por la subida del valor de los billetes de transporte público cuando entonces costaban 3,00 reales (hoy 0,75 dólares), pero subió a 3,20 reales (0,80 dólares).

Estas protestas se extendieron por el resto del país y dieron lugar a una ola de reivindicaciones, como mayores inversiones en la salud y educación pública, y críticas a los elevados gastos del Gobierno para organizar eventos como el Mundial de fútbol de 2014.

EFE