El gobierno en disputa de Nicolás Maduro en Venezuela no cosechará frutos políticos ni económicos del alza de los precios del petróleo por la escalada del conflicto bélico entre Estados Unidos e Irán, advierten expertos consultados por la Voz de América.
Por Gustavo Ocando Alex / voanoticias.com
Teherán lanzó la madrugada del miércoles, hora local, una docena de misiles tierra-tierra hacia las bases militares de al-Asad e Irbil en Irak, que albergan tropas estadounidenses. No hubo confirmación de víctimas de parte de Estados Unidos.
El ataque ocurrió en represalia por el asesinato, el viernes, del general de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani. El canciller iraní sugirió que el ataque daba por terminada la retaliación de su país contra Estados Unidos, que no respondió militarmente de inmediato.
La noticia causó un pico inmediato del barril petrolero en las transacciones asiáticas, abiertas al momento de los ataques, pero los precios tendieron a normalizarse en las horas siguientes, incluso con tendencias a la baja.
El barril Brent se recuperaba levemente la mañana de este jueves. Se vendía en 65,52 dólares, lo que significaba el incremento de 0,14 por ciento en comparación con el cierre del miércoles.
Luego de que el presidente Trump descartara una represalia militar a los ataques a las bases, el Brent cerró en la víspera en 65,89 dólares, desplomándose desde el pico de 68,72 dólares que registró a inicios de la jornada bursátil.
El crudo WTI también subía ligeramente en las primeras transacciones del día: se vendía a primera hora en 59,80 dólares, lo que representaba un alza de 0,32 por ciento en relación al día anterior. El miércoles, tras los ataques, su precio ascendió a 62,82 dólares por barril.
La eventual escalada del conflicto entre Irán y Estados Unidos hace temer a los expertos un boom en el mercado petrolero mundial. Sin embargo, analistas concluyen que el alza de los precios no será una ventaja política ni económica para el presidente en disputa Nicolás Maduro.
“Venezuela no se beneficia de eso”, opina tajantemente el economista Jesús Casique. “Eso no va a tener un impacto importante en el flujo de caja por la caída abismal de la producción del país”.
Sumido en una crisis política, económica y social desde hace años, Venezuela es el país con las mayores reservas de petróleo del mundo. Tiene 309 mil millones de barriles de petróleo, según información divulgada en abril de 2019 por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, CIA.
El ministerio de Petróleo cifró en junio de 2019 esas reservas en 303 mil millones de barriles tras la incorporación de los cálculos de la Faja Petrolífera del Orinoco.
Pero la producción de esas reservas se ha desplomado. Venezuela produjo en noviembre de 2019, 912.000 barriles de petróleo al día, según información reportada directamente por Petróleos de Venezuela a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Opep.
Las cifras son menores si se toman en cuenta las fuentes secundarias, que excluyen los productos condensados y líquidos del conteo, acota Casique.
“Si tomamos por verídicas las cifras de PDVSA, la producción petrolera venezolana fue de 552.000 barriles diarios menos entre noviembre de 2018 y noviembre de 2019”, indica.
El economista resalta que la brecha es aún mayor si se compara con los niveles de producción del momento en que el expresidente Hugo Chávez Frías ascendió al poder. En diciembre de 1998, Venezuela producía 3.329.000 barriles de petróleo cada día.
“Hay un efecto tobogán que refleja la disminución de la producción en 2.642.000 barriles menos si revisamos las fuentes secundarias”, puntualiza. La caída de los últimos 21 años, calcula, hizo que el país dejara de percibir 55.932 millones de dólares por venta de petróleo.
Los medios de comunicación internacionales recién comenzaron a difundir sus cables de alerta sobre los ataques iraníes a bases militares en Irak cuando Casique desempolvaba sus cifras. Aún así, dio por descontado que Maduro fuera a beneficiarse de los picos en los precios petroleros.
“Hay una tensión, una alerta máxima en Estados Unidos. Esto va a tener un impacto del precio del barril, pero es un precio del que no nos vamos a beneficiar”, insiste.
El petróleo representa el 97 por ciento de las exportaciones totales de Venezuela, pero Casique subraya que solo hay actualmente 25 taladros petroleros operativos en el país. Eran 77 en abril de 2013, cuando Maduro asumió la presidencia tras la muerte de su mentor, Chávez.
El profesor de Economía y Finanzas destaca que el país ha experimentado dos boom petroleros recientes: el primero, entre 2004 y 2008, representó ganancias de 290.968 millones de dólares para el Estado; y el segundo, entre 2011 y 2014, significó 339.034 millones de dólares.
El economista Luis Crespo resalta que el chavismo ha utilizado ingresos excedentarios de la venta de petróleo para crear fondos paralelos que alimentaron estructuras parafiscales e instituciones paralelas, e incluso para financiar proyectos de gobiernos aliados de la región.
“Es un juego muy perverso con los precios del petróleo. Hubo una política de apalancar todo el régimen y el proyecto político a raíz de esos excedentes”, asevera.
Es lo que la oposición venezolana ha llamado “la chequera petrolera”. Esa baza ya no es tal, coinciden los expertos. Crespo remarca que “la destrucción” de las capacidades productivas ha anulado el efecto efectivo que pudieran tener los precios altos del petróleo en el madurismo.
“Hoy día, Maduro tiene limitaciones financieras y políticas. Es un gobierno ilegítimo, donde la institucionalidad ha venido derrumbándose y las instituciones financieras, desde octubre de 2018, están en incumplimiento de sus compromisos financieros internacionales”, precisa.
Venezuela experimenta una aguda crisis económica, con hiperinflación y devaluación de la moneda nacional, el Bolívar, que hace migas con una profunda incertidumbre política.
Al menos 60 gobiernos desconocen a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela. Lo acusan de reelegirse en una elección inconstitucional a mediados de 2018 y reconocen como líder de la nación a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional.
Las tensiones recrudecieron el domingo 5 de enero, cuando, en el inicio del año parlamentario en el Palacio Legislativo, en Caracas, un grupo menor de diputados opositores se alió con la fracción oficialista para escoger a una nueva junta directiva sin quórum ni votación nominal.
Politólogos consultados por la Voz de América consideraron que la estrategia busca que la renovación próxima del poder electoral sea favorable al madurismo de cara a las elecciones parlamentarias de 2020 y a unos eventuales comicios presidenciales.
Casique y Crespo, profesor de la Universidad Central de Venezuela, insisten en desmitificar la posibilidad de que Maduro reflote gracias a los precios del petróleo.
“La ineficiencia en la cual se encuentra la gestión del sector petrolero en Venezuela, disminuye el efecto multiplicador positivo de esta alza”, enfatiza Crespo.
Casique asegura que los fondos excedentarios que han recibido las administraciones de Hugo Chávez y Nicolás Maduro por petróleo se despilfarraron hasta el punto de permitir que el país entrara en un proceso de depresión económica.
“Vivimos una fase superlativa a la recesión. Según el Fondo Monetario Internacional, el Producto Interno Bruto de Venezuela caerá 14 por ciento en 2020. Será nuestro séptimo año de caída libre. Serán 28 trimestres consecutivos de caída del PIB”, señala.
Venezuela registrará este año el tercer mayor desplome del Producto Interno Bruto de la historia en un período de siete años, según la data del FMI. Ghana, entre 1982 y 1989, tuvo una caída de 79,3 por ciento del PBI y Bulgaria, de 1989 a 1996, acumuló una caída de 78,8 por ciento.
“Luego, viene Venezuela, que desde 2013 a 2020, va a acumular un estimado de 73,4 por ciento”, dice Casique, quien resalta que las cifras oficiales del Banco Central de Venezuela y de la Opep son “lapidarias” para juzgar si el madurismo se recuperará política y económicamente.
Las sanciones económicas impuestas contra Petróleos de Venezuela por parte de Estados Unidos desde enero de 2019, resalta Crespo, han derivado en comercios ilegales de la empresa estatal, que, al final, disminuyen cualquier ganancia del gobierno en disputa de Nicolás Maduro.
“Se está tercerizando el traslado del petróleo con buques rusos. India nos compra petróleo a precios por debajo del mercado por la situación de riesgo de hacer negocio con la industria petrolera. Estamos en la cola del mercado”, comenta el economista.
Casique considera que la eventual subida de los precios internacionales será incluso perjudicial para el gobierno en disputa de Nicolás Maduro a fin de satisfacer su mercado interno.
Detalla, por ejemplo, que Venezuela importa 23.000 barriles de gasolina al día desde la India. La eventual subida de precios por el enfrentamiento entre Irán y Estados Unidos harán más cuesta arriba la necesidad de comprar el producto a proveedores internacionales, acota.
Casique destaca que Venezuela, incluso, está en default con el pago de todos sus bonos. Estudios privados cifran en 17.680 millones de dólares esa deuda de parte de Maduro, indica.
El llamado oro negro dejó de ser un as bajo la manga para Maduro, según los expertos.
“El petróleo ya no es palanca de valor para la economía venezolana”, dice Casique. Tampoco lo será para la política ni para las campañas electorales venideras. “En lo absoluto”, opina.