Con un vicepresidente y varias carpetas en manos de la izquierda radical, el jefe de gobierno español Pedro Sánchez compensó su gabinete apostando por perfiles tecnócratas reconocidos en círculos internacionales y europeos.
Carmen Calvo, vicepresidenta primera
Veterana dirigente socialista de 62 años, esta doctora en derecho constitucional ha sido la mano derecha de Sánchez desde su llegada al poder en junio de 2018, cuando asumió la vicepresidencia del gobierno.
El líder socialista, cuando todavía estaba en la oposición, le encargó la negociación con el gobierno conservador de Mariano Rajoy para suspender la autonomía regional de Cataluña cuando los independentistas intentaron una fallida secesión en 2017.
En el ejecutivo, Calvo ha sido una de las principales interlocutoras con los dirigentes catalanes, función que debe mantener en este mandato, cuando está previsto el inicio de una negociación para “encauzar el conflicto político” en la región.
Pablo Iglesias, vicepresidente de Derechos Sociales
Cofundador y alma de Podemos, este antiguo profesor universitario de ciencias políticas de 41 años, que antes llamaba a combatir la “casta” del poder, será la referencia de su formación en el gabinete.
Muy combativo en los inicios de Podemos en 2014, con una España todavía herida por la crisis y la austeridad, Iglesias aseguraba haber suavizado sus posturas de izquierda radical para un acuerdo de coalición que define como “muy moderado”.
De él dependerá la parte más social del programa, que quiere ser “referente de la protección de los derechos sociales en Europa”.
Con fuerte carácter y criticado a veces en su partido por su forma personalista de dirigirlo, asoman dudas sobre su convivencia en el ejecutivo con Sánchez, con quien ha mantenido fuertes desavenencias en el pasado.
En el ejecutivo coincidirá su pareja y número dos del partido, Irene Montero, que ocupará la cartera de Igualdad.
Los otros tres ministros de Podemos serán dos militantes comunistas, Alberto Garzón (Consumo) y Yolanda Díaz (Trabajo), y el sociólogo Manuel Castells (Universidades).
Nadia Calviño, vicepresidenta de Economía
Con un perfil marcadamente tecnócrata, la actual ministra de Economía unirá a sus funciones la tercera vicepresidencia del gobierno español en una señal de estabilidad y ortodoxia fiscal a Europa y los mercados tras el pacto con Podemos.
Esta mujer gallega de 51 años no tenía experiencia política hasta que dejó sus funciones de directora general de Presupuestos de la Comisión Europea para unirse al gabinete de Sánchez en junio de 2018.
Desde 2006 ha ocupado altos cargos en Bruselas, siempre bajo presidencias conservadoras de la Comisión Europea, y en 2019 fue propuesta por Madrid para presidir el Fondo Monetario Internacional aunque su candidatura fuera finalmente retirada.
Teresa Ribera, vicepresidenta de Transición Ecológica
Ministra de Transición Ecológica, esta jurista de 50 años, autoridad mundial en la materia, fue aupada a la cuarta vicepresidencia del ejecutivo para liderar un ambicioso programa hacia una economía verde.
Encargada del cambio climático en anteriores ejecutivos socialistas, Ribera dirigió el Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales en París y trabajó para el Foro Económico Mundial y las Naciones Unidas.
En diciembre, durante la cumbre del clima celebrada en Madrid tras la renuncia de Chile, jugó un papel clave para desatascar las negociaciones entre las diferentes delegaciones.
Arancha González, ministra de Asuntos Exteriores
Hasta ahora directora del Centro de Comercio Internacional (una agencia conjunta de la OMC y Naciones Unidas) y con una amplia experiencia internacional, esta vasca de 50 años simboliza la apuesta por la “diplomacia económica” del nuevo mandato de Sánchez.
Curtida durante 15 años en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y anteriormente portavoz en materia comercial de la Comisión Europea, González habla castellano, inglés, francés, alemán, italiano y vasco.
María Jesús Montero, portavoz del gobierno
La ministra socialista de Hacienda será portavoz del gobierno de coalición con Podemos, partido con el que mantiene buena relación. Su perfil enérgico y batallador también puede ayudar a Sánchez en una legislatura donde la derecha le promete una oposición sin tregua.
AFP