Desde su estreno, la película de Disney “Frozen 2” bate récords de audiencia en todo el mundo. Los chicos, felices con la historia y los personajes. Disney, feliz con la recaudación.
Por: Clarín
¿Todos felices? No todos: los habitantes de Hallstat, un idílico pueblo de los Alpes austríacos en el que se inspiró Arendelle, el reino de ficción del film, temen que se agrave aún más la invasión de turistas, que superó todo lo esperado y que ya no soportan.
Sucede que 10 mil visitantes desbordan cada día las calles, bares, resutaurantes y hasta casas del pueblo, que recibe seis veces más turistas per cápita que Venecia, y que cada día multiplica por 12 su cantidad de habitantes, que no llega a las 800 personas.
Una verdadera pesadilla que se agrava, además, porque muchos de los turistas vuelan por todos lados drones sin permisos y entran a las casas sin pedir autorización, incluso para usar los baños. “Mi mamá se despertó un día y se encontró con unos turistas chinos en su habitación”, declaró el dueño de un café del pueblo al diario Daily Mail. Según The Guardian, la mayoría de los visitantes, ansiosos por tomarse selfies en el lugar, llegan de Asia, especialmente de China, Hong Kong, Corea del Sur y Japón?.
Los cestos de residuos públicos colapsan ya en la mañana, las calles se llenan de basura y los precios suben. La situación se agravó más en los últimos tiempos pero ya viene desde 2013, luego del estreno de la primera película de Frozen.
Tal es la pesadilla que el propio alcalde del Hallstat, Alexander Scheutz, tuvo que salir a pedir públicamente a la gente que deje de ir al pueblo que, “apretado” entre el lago Hallstat y las montañas Salzkammergut, no está preparado para recibir a semejante cantidad de gente. El funcionario incluso decidió cerrar algunos caminos de acceso, señalando que “Hallstatt es una pieza importante de la historia de la cultura, no un museo”. Y dijo que buscará reducir el número de buses turísticos en al menos un tercio.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997, Hallstat fue siempre un lugar muy tranquilo, aunque en verano suele llenarse de autos y buses de turistas que llegan para disfrutar de sus espectaculares paisajes de montaña y su ambiente de cuento de hadas, en una zona que, se sabe, estaba poblada ya hace 7.000 años, cuando los humanos de entonces comenzaron a sacar la sal de una mina ubicada en la montaña de Hallstatt.
Justamente esa mina de sal -la más antigua del mundo- es uno de sus atractivos, junto con el osario y, en invierno, las cercanas zonas de esquí de Dachstein West en Gosau y el Ski and Freeride Arena, en Obertraun.