Caminaba como si hubiera bebido cocuy, pero al vomitar varias veces echaba por su boca líquido azul y con olor a tíner, nos asustamos y le dimos auxilio, pero jamás nos imaginábamos que había tomado casi un frasco de liga de frenos”. Así narró su triste tragedia Peter Aranguren, padre de un niño de 11 años de edad que padecía de autismo, y quien murió 48 horas después de haber ingerido el fluido en la casa de su abuela ubicada en el barrio Pílade Montezuma, parroquia Ana Soto (antigua Juan de Villegas).
Por José D. Sequera | LA PRENSA de Lara
Aranguren comentó que el niño llegó el pasado sábado con su mamá y sus dos hermanos a Barquisimeto procedentes de Morere, municipio Torres, donde actualmente reside cuya casa está ubicada en la calle El Rosario, y el motivo de su viaje era visitar a sus familiares. “En la casa de su abuela estaban sus primitos quienes jugaban en el patio, pero de pronto y sin que adultos se percataran, se separó del grupo y entró al depósito de cachivaches donde estaba la liga de frenos”, señaló.
Según el padre, los niños lo veían que entraba y salía del depósito en varias oportunidades, cuando de pronto lo vieron caminando trastabillando y con aparentes dolores de estómago, y casi sin poder sostenerse de pie, se fue en vómito cuyo olor y apariencia no era común.
La abuela, al observar la situación entró a ese depósito siguiendo su instinto materno y encontró el frasco de la liga de freno vacío en el piso. “¡Diego, Diego, se tomó la liga!”, gritó la abuela. De inmediato lo llevaron al ambulatorio La Carucieña, donde le aplicaron un tratamiento y lo enviaron nuevamente hasta su casa. Pero el pequeño en vez de mejorar agravó y murió la noche del lunes, contó su padre mientras esperaba cumplir los trámites funerarios correspondientes.
El fallecido era el segundo de tres hermanos, en los primeros años de vida se veía un niño normal, pero con el tiempo fueron apareciendo fuertes síntomas de autismo.