Intentos desesperados hace la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) para evitar el abandono masivo de militares de la institución castrense. Si la deserción en el año 2018 ya era de preocupación, el año 2019 dejó miles de soldados desertores, lo que se agravó por la gran cantidad que decidió pasar a territorio colombiano en apoyo a Juan Gerardo Guaidó Márquez.
Por Sebastiana Barráez / infobae.com
Resultaron inútiles las amenazas y advertencias ejercidas sobre los oficiales superiores para tratar de minimizar el número de militares que, después del permiso navideño y de fin de año, se negaron a regresar a los cuarteles. Ni la obligación del jefe militar a visitar a su subalterno y presionar a los familiares, para que influyeran en el soldado a que debía presentarse a su unidad militar sin retardo alguno, impidieron que cientos de ellos, casi miles abandonaran a la institución.
Los generales y almirantes saben que la FANB está en peligro, que la intención de Nicolás Maduro es sustituirlos con milicianos, tal y como ordenó hace meses que ocurriera en la Guardia Nacional y posteriormente en el Ejército venezolano.
La orden de Padrino
El lunes 13 de enero, en horas de la tarde, el ministro de la Defensa G/J (Ej) Vladimir Padrino López ordenó que se ubicara a cada uno de aquellos que no se presentaron después del asueto navideño, que se les convenciera de regresar con la promesa que no habría sanciones.
En la Fuerza Armada están preparando un moderno sistema de alistamiento militar, que teóricamente está bastante cargado de hechos positivos para quien pertenezca a la institución. Hay quienes consideran que el esquema propuesto se parece bastante a lo que en Venezuela se llamó La Recluta, que fue eliminada por el entonces presidente Hugo Chávez, partiendo del criterio que no podía ser obligatorio prestar el servicio militar, sino que debiera ser un acto voluntario.
De la película a la Milicia
Una fuente comentó a Infobae que en la Fuerza Armada le están girando instrucciones, a todas las Unidades militares, para que todo el personal, sin excepción, vean la película “En el Tiempo de las Mariposas”, con intención de que el personal se sensibilice ante el maltrato a la mujer.
Esa película es el relato de lo ocurrido con las tres hermanas Mirabal, víctimas de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo en la República Dominicana, quien fue asesinado en 1961 luego de 31 años de estar en el poder. Las tres mujeres se involucraron en el derrocamiento del Chivo como se le conocía al dictador trujillista, por lo que el régimen las persigue y las encarcelan, con el Servicio de Inteligencia Militar. Sus familias son perseguidas. El cuerpo represor asesina a las tres hermanas, otra hermana menor sobrevive.
El 9 de enero 2020 el Inspector General del Ejército, general de División Isidro Ubaldo Rondón Torres, emitió el radiograma 50-100-3638, en el que indica que “siguiendo los lineamientos de nuestro Comandante General, en aras de incrementar y optimizar el nivel de Apresto Operacional de las unidades de nuestro Ejército bolivariano, este órgano inspector requiere, con carácter de urgencia, el status del complementamiento de las plazas vacantes de su unidad, según tabla de organización y equipos (T.O.E) con personal de la Milicia Nacional Bolivariana”.
La estrategia
Ante el temor de la enorme cantidad de tropa y oficiales que no retornaran del asueto de fin de año, la Fuerza Armada ordenó el 2 de enero, a todos los Comandantes de Unidades, que en dos semanas entregaran los Informes Administrativos del Personal que se encuentra retardado. A finales de enero se establecieron los días para incluirlo en los Consejos Disciplinarios, de manera que así serían enviados sus expedientes a los tribunales para declararlos desertores.
No se ha recuperado la Fuerza Armada de la acción del 23 de febrero 2019, liderizada por Juan Guaidó, cuando miles de militares pasaron a territorio colombiano y se pusieron a las órdenes del presidente de la Asamblea Nacional. Más allá de los gravísimos errores que el joven dirigente cometió, dejando en manos de personas, con serios problemas en materia de corrupción y capacidad para manejar el tema de los militares, la verdad es que abrió las puertas de manera masiva a la deserción de los uniformados.
La estrategia del Gobierno de Nicolás Maduro ha sido tratar de infiltrarlos y de utilizar a algunos de ellos para que regresen al país, luego de estar un tiempo corto en prisión. De alguna forma ha dado un mínimo resultado y varias personas se han interesado en aprovechar la oportunidad, pero el Gobierno no ha tenido el éxito señalado porque hay pruebas que demuestran que cuando algunos militares, como el caso de unos pocos del Golpe Azul o de la Espada de Dios, llegaron a algunos acuerdos para delatar a sus compañeros, terminaron siendo engañados por los cuerpos de Seguridad y los dejaron presos y sin los beneficios que por Ley les corresponde.
Por ahora hay desespero por tratar de que los desertores regresen, unos al país y otros a la Fuerza Armada.