El presidente Donald Trump rechazó el lunes las acusaciones del juicio político o “impeachment” gestadas en la Cámara de Representantes —controlada por los demócratas—, y calificó los argumentos de que ha abusado de su poder y obstruido el Congreso como afrentas a la Constitución de Estados Unidos que deben desestimarse.
“El Senado debe rechazar rápidamente estos deficientes artículos de impugnación y absolver al presidente”, indica el resumen del alegato previo al juicio de Trump, que constituye la primera defensa integral del presidente republicano antes de que comience su juicio en el Senado.
Trump, cuarto de los 45 presidentes estadounidenses que se enfrenta a la posibilidad de ser destituido por el juicio político, está acusado de abusar de los poderes de su cargo al pedir a Ucrania que investigue a un rival político demócrata, Joe Biden, y de obstruir una investigación del Congreso sobre su conducta.
El sumario ejecutivo afirmaba que la “novedosa teoría de ‘abuso de poder'” de los demócratas de la Cámara de Representantes no es una ofensa que pueda ser objeto de un juicio político suplantando el criterio constitucional de “traición, soborno u otros delitos y faltas graves”.
“La teoría recién inventada de ‘abuso de poder’ de los demócratas de la Cámara de Representantes se derrumba en el umbral porque no alega ninguna violación de la ley en absoluto”, dice el resumen.
También rechazó la acusación de obstrucción al Congreso por ser “frívola y peligrosa”, afirmando que el presidente ejerció sus derechos legales al resistirse a las demandas de información del Congreso, también conocidas como citaciones.
“Los demócratas de la Cámara de Representantes proponen que se destituya al presidente de su cargo porque hizo valer los derechos y privilegios legales de la rama ejecutiva contra citaciones defectuosas, basándose en el asesoramiento del Departamento de Justicia”, dice el resumen. “Aceptar esa teoría haría un daño duradero a la separación de poderes” entre las ramas ejecutiva, legislativa y judicial del Estado.
También acusó a los demócratas de la Cámara de Representantes de llevar a cabo un proceso amañado, dijo que solo lograron demostrar que Trump no había hecho nada malo y argumentó, como lo ha hecho la Casa Blanca en repetidas ocasiones, que se trata de una maniobra para anular la victoria electoral de Trump en 2016.
Aunque es muy poco probable que el Senado, controlado por los republicanos, destituya a Trump de su cargo, el presidente republicano quiere desacreditar las acusaciones demócratas como parte de una caza de brujas partidista. Trump necesita limitar el daño político a su campaña para reeditar su cargo en las elecciones de noviembre.
El equipo legal de Trump dice que estaba dentro de su autoridad constitucional ejercer presión el año pasado sobre el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, para que investigara a Biden y a su hijo Hunter como parte de una campaña -según Trump- en contra de la corrupción. Los Biden niegan haber cometido ninguna infracción y las acusaciones de Trump han sido refutadas de forma rotunda.
Reuters