Reclamado por la justicia brasileña, Jeffrey Lendrum, apodado el “Pablo Escobar de los huevos” porque durante tres décadas robó y vendió halcones raros y otras aves en todo el mundo, enfrenta una posible extradición por la justicia del Reino Unido.
Este traficante inusual e multirreincidente se apoderaba de su preciado botín directamente en los nidos de las aves, utilizando un helicóptero o suspendido de una cuerda.
Después embalaba cuidadosamente los huevos y se los llevaba a compradores dispuestos a pagar miles de dólares por pieza.
Pero su carrera se detuvo en 2018 cuando llegó desde Sudáfrica al aeropuerto londiense de Heathrow: los agentes de aduanas lo registraron intrigados porque vestía un grueso abrigo a pesar de que no hacía frío.
Llevaba el vientre envuelto en vendas blancas y bajo ellas escondía un pequeño tesoro: 19 huevos de aves de presa valorados en hasta 8.000 libras (10.490 dólares, 9.400 euros) en el mercado negro.
Los aduaneros hallaron asimismo dos polluelos de águila africana cuyos huevos habían eclosionado. Por estos hechos, el irlandés-zimbabwense de 58 años fue condenado hace un año por un tribunal británico a tres años de prisión.
Pero sus problemas judiciales prosiguieron con la petición de extradición por Brasil, un largo proceso que puede tardar meses.
El miércoles, Lendrum participó por videoconferencia desde prisión en una vista ante un tribunal de Londres donde su abogada criticó las condiciones de reclusión en ese país para evitar la extradición: una celda con más de 20 presos donde su cliente tendría 2,2 metros cuadrados de espacio, denunció.
– Compradores en Oriente Medio –
El cazador furtivo fue condenado en 2016 en Brasil a cuatro años y medio de cárcel por intentar sacar halcones peregrinos de contrabando.
Fue puesto en libertad bajo fianza mientras se examinaba su apelación y aprovechó para huir.
Según una unidad especial de la policía británica, que lo describió como “muy meticuloso” en sus preparativos, Lendrum había robado los huevos en Chile y quería llevarlos a los Emiratos Árabes Unidos.
Desde su primera condena en 1984 en Zimbabue, el traficante ha sido juzgado en Canadá, Brasil y el Reino Unido.
Sus principales mercados están en Oriente Medio, “donde los halcones peregrinos siguen siendo muy demandados por la cetrería tradicional y pueden aportar varios miles de dólares”, según la organización Traffic, especializada en el comercio ilegal de animales salvajes.
El tráfico de animales, contando todas las especies, es un mercado estimado por la Interpol en 20.000 millones de dólares anuales.
Según Traffic, el robo de huevos por sí solo sigue siendo una tendencia “bastante rara”, con “sólo media docena de casos al año en el mundo”.
Pero estos pequeños robos no son “sin importancia”, dice a la AFP el portavoz de la asociación Richard Thomas. “Algunas de las especies en cuestión son extremadamente raras y robar incluso una pequeña cantidad (de huevos) puede tener un gran impacto en las poblaciones amenazadas”.
– “Obsesivo” –
Con más de 35 años de carrera en su haber, el contrabandista se ha ganado una reputación.
Apodado “el Pablo Escobar de los huevos” por la prensa anglosajona, ya ha sido arrestado cinco veces en tres continentes diferentes.
“Lendrum es un nombre muy conocido por las asociaciones británicas que luchan contra el comercio ilegal de animales”, dice Thomas, especialmente “desde que fue capturado en Inglaterra en el aeropuerto de Birmingham en 2010 con huevos de halcón peregrino de Gales.
En su vehículo, la policía encontró una incubadora y un equipo de escalada.
Durante una expedición en el norte de Quebec, este exmiembro de las fuerzas especiales utilizó un helicóptero para acercarse al nido del que robó los huevos, suspendido del extremo de una cuerda, dice Joshua Hammer, autor de un libro sobre él, “El ladrón de halcones”.
En opinión de Hammer, la motivación de Lendrum no se limita a la codicia.
“Si miran la historia de los coleccionistas de huevos, que tiene por lo menos 150 años en el Reino Unido, a menudo son bastante obsesivos”, explicó en una entrevista con Vice. “Si Lendrum continuó robando huevos es porque comparte la obsesión de estos coleccionistas”, considera. AFP