El problema ya no está en que todo lo hacen mal, ni que estén metidos en cuanta trampajaula se pueda inventar promoviendo elecciones bribonas, votaciones estafadoras y continuar ganando dinero, para cuando sean despedidos a causa de la crisis ética, moral, política, social y económica o por la rabia y furia ciudadana; los militares de ahora no se quiebran ni se alzan, se exilian. Millones de venezolanos han sido víctimas de esta afrenta genocida.
El gigantesco rollo que se le ha formado al trio de harpías, (Sánchez, Iglesias, Zapatero), su caterva de castristas socialistas y socios del régimen venezolano, por culpa de un avión, que hizo, por su largo trayecto, escala en Madrid. Si, por el contrario, lo realiza por el norte de África, estiran las piernas, se relajan y hasta compran algún detalle. Nada de extraño, que no supieran -o hubiesen advertido- que para pilotos privados y comerciales existen horas obligatorias de vuelo y descanso que aplican sin discusiones por convenios internacionales.
Prefirieron territorio europeo, donde a media noche, en un encuentro clandestino, a escondías, en la penumbra de la oscuridad, en cuclillas y sin ruido, le enredó la vida al precario gobierno del PSOE- PODEMOS que, entregado de pies y manos a las confusiones absurdas y populismos deshonestos, echó por la borda su presencia en Davos hablando pendejadas de ideologías obsoletas, arcaicas y fracasadas del castrismo español, y no de oportunidades liberales para futuros promisorios; mientras el presidente encargado venezolano se codeaba, abrazaba y convocaba a los verdaderos líderes políticos demócratas y económicos del mundo, alertándolos acerca de la grave situación venezolana. Sin contar su alocución en el Foro donde solicitó con voz clara y contundente ayuda, porque solos no podemos contra mafias organizadas.
Ya en Barajas, la usurpadora sancionada por violar Derechos Humanos, proscrita y pecadora sin perdón, llamó de urgencia a “alguien”, para una reunión discreta pensando que por aquellos predios las cosas son como por estos, y ser del partido en el Gobierno -lo de Partido “de” Gobierno es más complicado- la recibirían con besos, abrazos y apurruños. Pero sucede siempre, la verdad sale a flote para desgracia de los castristas venezolanos y españoles, el mundo se enteró y el Ministro camarada llamó la atención llegando al aeropuerto en plena madrugada -el movimiento de un alto funcionario implica zaperoco, guardaespaldas, despliegue de seguridad, periodistas y testigos curiosos-. El descaro impúdico e ilegal quedo al descubierto, porque en política, lo que no se puede saber es lo único que interesa. Y si no fuera tan escandalosa la cita subrepticia con la forajida denunciada de graves delitos, sería una fábula para la talentosa Delia Fiallo, escritora, guionista de radionovelas y telenovelas cubana residente en Miami.
El comprometido Ministro es, además de bobo tonto y gilipolla, niega su encuentro porque significa reconocer su colaboración con la ilegalidad y quebrantamiento de normas, inventando versiones estultas, imbéciles y flatulencias peorras, que ni un aprendiz de gafo las creería; lo que demuestra, se pasa la ley por el orto, recto anatómico, esa última parte del intestino grueso que concluye en el ano. Es de los principales dirigentes del partido del PSOE y, por si fuera poco, aunque argumenta que ingresó al aeroplano para saludar, presentar respeto, darle cariño a la ignominia bolivariana que ha financiado a los que ahora mancillan La Moncloa y ultrajan la dignidad del pueblo español decente y honesto; según, para recordarle que no podía pisar territorio español, que es europeo. Para esos detalles, el Ministro, se entretuvo casi una hora, que es mucho hablar a solas con cualquiera.
La repulsiva dupla exterminadora que gobierna a la madre patria, ahora tienen la cabeza llena de chichones internacionales. La gentuza de coleta reclaman maltrato a la camarada bolivariana y exigen no atender al Presidente que reconocieron oficialmente como tal hace un año; la Unión Europea demanda respuestas de por qué se autorizó un vuelo y aterrizaje que no se podía consentir; el Gobierno de Estados Unidos, de cuya amistad e inversiones España está urgida, quejándose por estropear el trabajo entre Europa y USA en respaldo a Juan Guaidó; exigiendo la renuncia del madrugador, por la entrevista con lo indebido y su encuentro prohibido. Reunión furtiva con aviso y advertencia internacional en una aeronave sancionada es poco más que un desliz; son muchas explicaciones por la actitud e indisposición lerda de recibir al Presidente interino venezolano, circunstancia que, al final no solo no lograron, sino que el gobierno Sánchez-Iglesias quedó embarrado, investigado por el Congreso a instancias del Partido Popular, Vox y Ciudadanos.
Esa fuerza invisible, misteriosa, para atraer la mala suerte, que es la pava ciriaca y la torpeza castro-madurista-española, de quienes no tienen idea de las relaciones internacionales. La Unión Europea debe investigar y establecer cuáles serían las consecuencias que acarreará el ingreso al espacio aéreo español. Y, por cierto, que se cuide el turco, jugando con diplomacias, comprando oro venezolano ilegal, correteando adivinanzas con la Casa Blanca y el Kremlin, negociando con los dos extremos, flotando entre aficiones y necesidades europeístas -nunca han logrado definir adecuadamente si son europeos o asiáticos-. Mucho cuidado, la portadora del virus de la pava castrista y trasgresora de normas voló a Estambul después de horas encerrada, tiempo suficiente para apaciguar ánimos agotados o exaltar furias nerviosas.
@ArmandoMartini