Venezuela, el país que sufre el mayor éxodo de su historia desatado por la debacle económica, se apresta a sufrir una contracción económica de 10% en 2020 luego de que la actividad hundiera 35% el año pasado, según las nuevas cifras emitidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que no presentaron cambios frente al reporte de octubre.
El crecimiento en América Latina se estancó en 0,1% durante el 2019 y repuntará ligeramente menos de lo previsto este año, menoscabado por las debilidades externas y los rezagos de grandes economías regionales como México y Argentina.
En sus primeras proyecciones del año sobre la actividad de la región, el organismo con sede en Washington indicó que las naciones de América Latina presentarán un crecimiento en su conjunto de 1,6% este año, una baja 0,2 puntos porcentuales frente a su reporte de perspectivas de octubre. El próximo año, la actividad arrojaría un avance de 2,3%, añadió.
El nuevo panorama incorporó los efectos de una prevista recuperación gradual en el mundo y apuntó como factores de riesgo las tensiones sociales surgidas en países como Chile, donde el Fondo aplicó una drástica rebaja de las proyecciones de expansión este año, a 0,9%.
“Si bien las causas de las tensiones sociales varían de un país a otro, estas en general reflejan una insatisfacción con ciertos aspectos de los sistemas económicos y políticos”, indicó el FMI en un comunicado, en el que añadió que una clave para reactivar el crecimiento “es hacerlo más inclusivo”.
Chile, otrora uno de los países más estables en Latinoamérica, se vio sacudido en octubre por violentas protestas contra el sistema económico que dejaron decenas de muertos, dañaron la infraestructura pública y alarmaron a los inversores. El Producto Interno Bruto de la nación minera creció apenas 1% en 2019, según el reporte.
El FMI redujo además su previsión del crecimiento del PIB de México en 0,3% puntos porcentuales, a 1% para este año, mientras espera a que se vayan normalizando las condiciones económicas, en buena parte sujetas a los lazos comerciales con Estados Unidos, la política fiscal de su gobierno de izquierda y a la esquiva inversión.
Cifras dispares
Las perspectivas del FMI para la región contrastan de país a país y ahora parecen reflejar más los acontecimientos internos, en vista de que el panorama global parece calmarse por una distensión de las guerras arancelarias.
Argentina, donde acaba de asumir un nuevo gobierno que negocia una compleja reestructuración de su deuda, el FMI espera una contracción de 1,3% en 2020 y una recuperación a 1,4% en el próximo año, sin cambios frente a las estimaciones de hace tres meses. El PIB de la nación sudamericana se habría contraído 3,1% el año anterior.
Brasil, en tanto, anotará una expansión del 2,2% este año, una mejoría leve frente a la estimaciones emitidas por el organismo en octubre. En 2019, la mayor economía regional habría crecido un 1,2% y ahora se vería impulsada por perspectivas a la baja de la inflación y avances en la reforma de pensiones.
Y a pesar de las persistentes tensiones sociales, el escenario económico de Colombia mejoró el año pasado para anotar una expansión de 3,3%, mostró la entidad, que elevó a 3,5% su proyección de crecimiento este año por el constante apoyo de la política monetaria y los efectos de la migración. EFE