El ciudadano iraní, Bahram Karimi, fue acusado de evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos al régimen de su país, a través de un fraude bancario ejecutado con dinero venezolano durante el mandato del fallecido Hugo Chávez.
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Karimi fue acusado de fraude bancario y mentir a agentes federales en Nueva York, luego de que enviara más de 115 millones de dólares a Irán, entre abril de 2011 y noviembre de 2013, tras ejecutar un supuesto proyecto para la construcción de siete mil viviendas. Concretamente, se trata del Complejo Fabricio Ojeda, en El Menito, estado Zulia, casas que costaban siete mil dólares y cuya partida tendría una sobre facturación a 80 mil dólares por unidad.
Karimi es acusado luego de que Ali Sadr Hashemi Nejad, en 2018, también fuera señalado y condenado por los mismos delitos. Anteriormente, el banquero turco Mehmet Hakan Atilla también fue sentenciado.
El fiscal federal de Manhattan, Geoffrey S. Berman, afirmó en una nota presentada por el Departamento de Justicia: “Como se alega, Bahram Karimi eludió deliberadamente las sanciones contra Irán, y luego mintió al respecto a los agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus silgas en inglés). Karimi supuestamente permitió la transferencia oculta a través de los bancos estadounidenses de más de 100 millones de dólares de una empresa estatal venezolana a una empresa de construcción iraní, y cuando se le preguntó, dijo a los agentes que no sabía que las sanciones lo prohibían”.
El subdirector del FBI, William F. Sweeney Jr. dijo: “Al final del día, estos cargos reflejan el uso de nuestro sistema financiero para generar dólares estadounidenses destinadas a las entidades iraníes. Es por eso que nuestro gobierno tiene fuertes sanciones contra Irán y sus instituciones, que buscan utilizar el sistema bancario de los Estados Unidos para su propio beneficio”.
En agosto de 2004, los gobiernos de Mohammad Jatamí y Hugo Chávez celebraron un acuerdo de cooperación en ciertas áreas de interés comúnque se extendió al periplo de Mahmud Ahmadineyad.
El proyecto fue liderado por Stratus Group, un conglomerado iraní con operaciones comerciales internacionales en las industrias de la construcción, la banca y el petróleo. En diciembre de 2006, Stratus Group incorporó una empresa, que en ese momento se conocía como la Corporación Internacional de Vivienda de Irán (“IIHC”), en Teherán.
Esta última fue responsable de la construcción del proyecto. Posteriormente, IIHC celebró un contrato con una subsidiaria de una compañía energética estatal venezolana, que solicitó a IIHC construir aproximadamente siete mil unidades de vivienda en Venezuela a cambio de aproximadamente 475 millones de dólares. Stratus Group creó el Comité Ejecutivo del Proyecto Venezuela para supervisar la ejecución del Proyecto. Karimi fue miembro del comité y fue responsable de administrarlo.
En relación con su papel, Karimi trabajó con otros para defraudar a los bancos estadounidenses y ocultar el papel de las partes iraníes en los pagos en dólares estadounidenses enviados a través del sistema bancario norteamericano. Específicamente, entre abril de 2011 y noviembre de 2013, la compañía VE realizó aproximadamente 15 pagos a IIHC a través de dos compañías, que fueron creadas para ocultar el nexo iraní a los pagos, en violación de las sanciones económicas de los Estados Unidos. Estos 15 pagos totalizaron aproximadamente 115 millones de dólares.
En enero de 2020, Karimi fue entrevistado por dos agentes del FBI. Declaró falsamente que, durante el transcurso del proyecto, creía que las sanciones internacionales contra Irán no se aplicaban a las empresas o personas iraníes.