Creo que la tecnología nos sirve mejor cuando nos da más tiempo para hacer cosas que son exclusivamente humanas. Esto incluye actividades que son agradables, creativas y productivas.
Para las naciones y las sociedades, el “bien” o beneficio de la tecnología a menudo se expresa en términos económicos, en medidas como la productividad en el lugar de trabajo y el crecimiento empresarial.
A medida que avanzamos hacia la Cuarta Revolución Industrial y la transformación digital de la vida tal como la conocemos, los posibles beneficios y riesgos de esta nueva era están en discusión, en Davos y en otros lugares.
¿Cumplirá la Cuarta Revolución Industrial sus promesas ? ¿Es simplemente una exageración, o será un motor masivo que impulse las ganancias de productividad, el crecimiento económico y el éxito empresarial?
Lecciones del pasado.
Los investigadores de Nokia Bell Labs han analizado datos históricos de revoluciones industriales anteriores para modelar y pronosticar el impacto potencial de la próxima.
Durante la Primera Revolución Industrial (que fue alimentada por motores de hierro y vapor) y la Segunda (que fue impulsada por electricidad, acero, productos químicos y telecomunicaciones), la productividad aumentó. Comenzando alrededor de 1870, estas dos revoluciones sostuvieron un siglo dorado de progreso. Las décadas de 1940 y 1950, en particular, trajeron ganancias masivas en los Estados Unidos y en otros lugares.
¿Y luego qué pasó? La Tercera Revolución Industrial llegó, marcando el comienzo de la era de la información. Surgieron innovaciones masivas que cambiaron el mundo en informática, internet, comunicaciones móviles y mucho más. Sin embargo, en lugar de acelerar de nuevo, el motor de productividad chisporroteó. De hecho, desde 1970, el crecimiento de la productividad ha caído a aproximadamente un tercio de la tasa de los 100 años anteriores.
Si todo el trabajo duro, la innovación y las inversiones en tecnología durante el último medio siglo no han dado resultado en la productividad, ¿qué significa esto para las enormes inversiones que ya están teniendo lugar en la infraestructura de la Cuarta Revolución Industrial?
Un pesimista diría que debemos omitirlo y poner nuestro dinero en otro lado.
Pero soy optimista. Creo absolutamente que estamos en la cúspide no solo de una revolución tecnológica, sino de una revolución de la productividad. Traerá beneficios para las personas en todas partes, hará que nuestro planeta sea más sostenible y brindará nuevas oportunidades para empresas de todo tipo.
Afortunadamente, la investigación de Nokia Bell Labs coincide con esta opinión.
Las causas de la revolución
Al analizar lo que hizo posible el Siglo de Oro de 1870 a 1970, queda claro que cuatro tecnologías de infraestructura física proporcionaron la base subyacente para el crecimiento: energía, transporte, salud y saneamiento, y comunicación.
Estas tecnologías fundamentales eran importantes por sí mismas, pero otros dos factores eran esenciales para acelerar el crecimiento. La primera fue cuando la difusión, o adopción, de cada tecnología se extendió lo suficiente como para alcanzar un punto de inflexión. El segundo fue un efecto de red: las tecnologías necesitaban trabajar en conjunto para impulsar el crecimiento. Solo cuando las cuatro tecnologías se difundieron ampliamente se produjo un rápido crecimiento.
A continuación, la investigación analizó las tecnologías actuales. Encontró equivalentes digitales emergentes que se alinean con los cuatro fundamentos tecnológicos del Siglo de Oro:
– Energía digital: combinando redes eléctricas inteligentes y medidores inteligentes en plataformas que coinciden dinámicamente con la generación de energía y la demanda de fuentes nuevas y tradicionales.
– Transporte digital: traslado de personas y mercancías a través de océanos, cielos y tierras de forma autónoma.
– Salud digital: habilitación remota de la atención médica conectada desde cualquier lugar.
– Comunicación digital: conecta a miles de millones de personas y cosas, lo que les permite interactuar de nuevas maneras.
A ellos se agregó una quinta tecnología fundamental, la producción digital. Traerá un cambio de paradigma, de la producción en masa centralizada a la producción distribuida y localizada, combinando la computación en la nube de borde y la impresión 3D para crear productos en tiempo casi real.
Pronóstico de crecimiento
Al calcular cuándo estas tecnologías digitales podrían alcanzar sus puntos de inflexión y al aplicar fórmulas históricas, Nokia Bell Labs ha proyectado un salto significativo de productividad, de hasta 30% a 35% en los EE. UU., Comenzando en algún momento entre 2028 y 2033. Esto es un salto similar al de la década de 1950 y podría agregar aproximadamente $ 2.8 billones a la economía de los Estados Unidos. Se anticipan ganancias similares en India, China y otras naciones.
El despliegue generalizado de redes 5G de alta capacidad y baja latencia es un catalizador importante para la infraestructura digital del futuro. Esta realidad no está muy lejos. Este año se realizarán amplias pruebas que podrían llevar a implementaciones comerciales completas de 5G en 2019. Estados Unidos, China, Corea y Japón están a la vanguardia de estos esfuerzos.
Las tecnologías 5G y en la nube apuntalarán y acelerarán la digitalización de las industrias. A su vez, esto creará oportunidades en casi todos los segmentos de la economía, desde la atención médica hasta el transporte, la energía y más allá. Las compañías de telecomunicaciones que ahora toman el camino hacia 5G, y se enfocan en redes definidas por software y en la nube, tienen una gran oportunidad de beneficiarse al servir a estas industrias durante sus transformaciones.
Como en cada una de las revoluciones industriales anteriores, tales ganancias vienen con compensaciones económicas y generan nuevos desafíos. Una preocupación obvia es la implicación para el desarrollo de habilidades a medida que la fuerza laboral se transforma. El trabajo de políticas también se necesita con urgencia, como informó la Comisión de Banda Ancha de la ONU , tanto entre gobiernos como dentro de los países. Debe determinar cómo el sector público puede ayudar a identificar y obtener los beneficios de la digitalización, principalmente al proporcionar un marco para la colaboración entre los diferentes sectores de la economía.
Tal trabajo entre gobiernos, compañías tecnológicas y las industrias digitales emergentes es un componente esencial para aprovechar el enorme potencial de la Cuarta Revolución Industrial.
Esto incluye no solo el potencial económico, sino también los beneficios personales y sociales: mejorar la vida, preservar los recursos de nuestro planeta y dar a las personas más tiempo y libertad para conectarse entre sí y las cosas que disfrutan.
Después de todo, estos son el bien mayor que la tecnología está destinada a servir.
Rajeev Suri es presidente y director ejecutivo de Nokia
Este artículo fue publicado originalmente en el World Economic Forum | Traducción libre del inglés por lapatilla.com