Celimar Linares, sobrina de Fanny, dijo que el último rastro de ella fue cuando parió a María. A uno de sus hermanos le avisaron que estaba en la Cruz Roja de Maracay, pero “el gordo Mathías”, como le llamaban los vecinos, había pagado para que no dejaran entrar a nadie. Este hombre está detenido por mantener en cautiverio a cuatro mujeres entre 20 y 30 años.
Por Yohana Marra / Crónica Uno
Caracas. Cuando la madre de Fanny se plantó frente a su hija no la reconoció inmediatamente. Solo el lunar de su cuello le confirmó que 23 años después la volvía a ver. “Tranquila mamá, tranquila que ya estoy aquí y no me van a volver a alejar de ti”, le dijo lentamente para calmar su llanto.
La piel pálida de Fanny no se parece en nada a la de aquella adolescente que dejó su casa el 23 de septiembre de 1997, 10 días antes cumplir la mayoría de edad. Se iba a vivir con su novio: Mathías Enrique Salazar Moure, de 32 años.
En su adolescencia fue modelo. Era una trigueña bastante con curvas y una cabellera larga azabache. Hoy, a sus 41 años, es lo contrario. Su piel es blanca y sus ojos tienen destellos amarillentos.
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