Las familias de las víctimas de la matanza sin precedentes del fin de semana en Tailandia esperaban este lunes los cuerpos de sus seres queridos, en tanto se multiplicaban los interrogantes sobre la personalidad del asesino, un joven soldado, y las circunstancias del hecho.
En total, 29 personas murieron y unas cuarenta resultaron heridas el sábado a manos de un oficial subalterno durante un sangriento recorrido de 17 horas en una base militar y un centro comercial muy concurrido donde el asesino fue finalmente abatido por las fuerzas del orden.
El lunes por la mañana, familias en lágrimas y con retratos de sus parientes fallecidos llegaron a la morgue de Nakhon Ratchasima, una ciudad situada a 250 kilómetros al noreste de Bangkok, escenario de la matanza, constataron periodistas de la AFP.
Las familias esperaban la autopsia para poder recuperar los cuerpos.
“Mi bisnieto de cuatro años no deja de preguntarme por qué no puede llamar a su padre”, relató a la AFP Udom Prapotsang, cuyo nieto, un soldado, murió en la base militar.
“Reposa en paz Korat, no olvidaremos”. En el exterior del centro comercial, se colocaron decenas de flores y mensajes de condolencias. Un monje, con el tradicional habito color naranja, organizó una oración en el lugar donde el soldado Jakrapanth Thomma mató a un ingeniero de 25 años en su auto.
“Mi hijo acababa de terminar su trabajo y había venido a hacer las compras. Jamás imaginé que lo perdería tan pronto”, sollozaba Witoon, de rodillas, con las manos unidas. A su lado se encontraba una decena de personas, algunas con inciensos.
– ¿Negligencia? –
El asesino habría actuado a raíz de una deuda por un diferendo inmobiliario, según las autoridades. Pero aún hay muchas preguntas en torno a su personalidad.
No tenía una “mala foja de servicios”, afirmó el portavoz del ejército, el coronel Winthai Suvaree, consultado por la AFP.
La única certeza hasta el momento es que el joven de 31 años era un apasionado de las redes sociales. Se ocupó con detalle de la difusión de la matanza en Facebook, publicando en su cuenta, cerrada tras el raid, videos y fotos suyas así como mensajes donde decía “¿debo rendirme?” o “Nadie escapa a la muerte”.
¿Pero cómo pudo conseguir una ametralladora M60, un fusil de asalto y cientos de cartuchos de municiones?
Según el primer ministro tailandés, Prayut-Chan-O-Cha, no hubo negligencia. “No dejamos el depósito sin vigilancia. Teníamos gente que lo custodiaba”, aseguró.
La ciudad de Nakhon Ratchasima, conocida también con el nombre de Korat, alberga uno de los cuarteles más grandes de Tailandia, donde el ejército está muy implicado en la sociedad y la política.
Entre 6 y 10 millones de armas de fuego circulan en el país, muchas de ellas no registradas, y los homicidios por esta vía son muy frecuentes. Sin embargo es muy poco habitual que un militar ataque a civiles.
El primer ministro viajó el domingo a Nakhon Ratchasima, donde posó a veces sonriente para selfis, una actitud juzgada como fuera de lugar por algunos internautas. Por la noche intentó explicarse: “Tenía la intención de ofrecer mi apoyo moral. Mi expresión fue quizás mal comprendida o molestó a mucha gente”, dijo en su página Facebook.
“Todos estamos tristes por lo ocurrido”, agregó. AFP