El perverso juego con el hambre de los ciudadanos

El perverso juego con el hambre de los ciudadanos

Militia members carrying boxes of the CLAP (Local Committees for Supply and Production) program take part in a military parade to celebrate the 208th anniversary of Venezuela’s declaration of independence in Caracas, Venezuela July 5, 2019. Miraflores Palace/Handout via REUTERS ATTENTION EDITORS – THIS PICTURE WAS PROVIDED BY A THIRD PARTY.

 

 

 

El profesor William Anseume, coordinador del municipio Guaicaipuro del partido Vente Venezuela se pronunció en contra del perverso juego con la alimentación de los ciudadanos en el municipio. En tal sentido, emitió sus declaraciones:

Este 15 de febrero, fíjense bien, en quincena, en busca de los escasos churupitos que cancelan por el trabajo de esclavos al que someten a la sociedad venezolana, la alcaldesa se inventó una jornada amplia a cielo abierto, en el comando de la Guardia Nacional de Paracotos. Así se ha planteado hacerlo en todo el municipio Guaicaipuro. El principio es el mismo: negociar desde el poder con el hambre de los ciudadanos. Es éste un plan perverso que lleva varios años de ejecución en el país, que incluye al CLAP y sus maneras de hacer ver que se atiende a la gente, cuando es justo lo contrario“.

Continuó el dirigente político: “El régimen secuestrador, que somete con el hambre y con el acabamiento del valor del trabajo y de la educación a los ciudadanos, pretende hacer ver que los ayuda, arrojándole comida de vez en cuando, de mala calidad, de la peor especie y del peor modo: con humillantes colas bajo el sol o el agua, con compromisos políticos y firmas que resultan ineludibles si quieres llevar algo de comer a tu casa, a tu familia. Y, además, en conjunción con la Fuerza Armada, que se ha convertido en dominadora de la gente a la que dice y debe proteger“.

Prosiguió Anseume: “No sólo buscan enganchar a la gente políticamente con comida de mala calidad, sino que ofrecen productos que no traen para que los incautos lleguen a dejar su quincena o su semana a quienes se han convertido con uniforme militar en negociantes. Es una burla abierta hacia la gente. Los militares se creen comerciantes y buscan sustituir así a la libre empresa, haciendo negocios con las necesidades de la gente y aprovechándose del trabajo impagado todo el día de funcionarios y milicianos. Lo que dijeron para enganchar a la gente que iban a traer, como el pollo barato, no lo trajeron. Pero lo que pretenden hacer ver desde el poder central, con el uso para ello de la Alcaldía es que atienden bien a los ciudadanos. Nada más alejado de la realidad. Estupor generalizado fue el que causaron en Paracotos. Creen que la gente es gafa. Todos sabemos que se trata de empobrecernos, de cerrar las fuentes de empleo y de educación, para hacer ver de la manera más mediocre e inhumana que ellos sí son los salvadores. Menudo papel el que juegan con la miseria de la gente“.

Cerró el docente y coordinador municipal de Vente: “El cambio profundo tenemos que lograrlo para acabar con este uso y abuso perverso del juego con el hambre de los ciudadanos. Tiene que volver el trabajo honrado bien remunerado, para que la gente compre lo que le dé su real gana y no lo que le impongan unos militares absurdos o una alcaldesa desconsiderada“.

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