La tecnología médica avanza a límites impensados décadas atrás, pero como desde hace muchos siglos los cirujanos siguen recurriendo al método artesanal de hilo y aguja para coser las incisiones, una tradición que puede llegar a su fin con el dispositivo creado por científicos argentinos para cerrar heridas sin sutura.
Se trata de un parche autoadhesivo con mecanismo de cierre incorporado, que puede agilizar las cirugías, con importantes ahorros en tiempo y costos, y traer amplios beneficios a los pacientes, aseguran a Efe dos de sus creadores, Pablo Luchetti y Diego Fridman.
REPRODUCE LA POSICIÓN DE LA PIEL ANTES DE LA CIRUGÍA
“Se destaca por sobre todas las técnicas, tanto invasivas como no invasivas, en que a diferencia de toda la tecnología vigente se coloca antes de realizar la incisión con el objeto de que el dispositivo adquiera la memoria de la piel intacta, antes de realizarse la incisión”, explica Luchetti.
El investigador subraya que así se “almacena esta memoria en las propiedades mecánicas del dispositivo y al momento de cerrar la piel reproduce la posición exacta en todos los planos que tenía la piel antes de realizar la incisión”.
El dispositivo, que luce como un parche con un cierre en el medio, cuenta con una lámina que se adhiere a la piel antes de iniciar la cirugía quirúrgica.
A través de la hendidura central se realiza la incisión y su amplia flexibilidad permite el trabajo de los cirujanos que, al momento de cerrar la herida, acoplan el cierre a presión formado por dos tiras flexibles bilaterales y lo enganchan entre sí para aproximar las bandas y afrontar de forma exacta los bordes de la herida, gracias a la memoria mecánica de la piel indemne que el dispositivo guardó previo a la incisión.
UNA IDEA QUE DEJA ATRÁS SUTURAS INVASIVAS
El resultado de la idea que tuvo Luchetti cuando cursaba la carrera de medicina es una tecnología menos invasiva, más precisa, estandarizada y que no depende tanto de la pericia del operador.
El fundador del proyecto recuerda que en aquel momento lo primero en que pensó fueron los cierres tipo ‘Ziploc’ de las bolsas de cocina y convocó al diseñador industrial Luciano Poggi, tercer integrante del equipo fundador: “¿Por qué no aplicamos un ‘Ziploc’ a la piel de manera de no sobre invadirla más de lo que la invadió la cirugía y lograr un posicionamiento de los bordes bien preciso y estandarizado?”
El parche, llamado Inclode, “cierra de manera estandarizada una incisión en muchísimo menor tiempo de lo que se realiza una sutura. En Estados Unidos el tiempo de quirófano ronda en entre 30 a 60 dólares el minuto y para una incisión de aproximadamente 10 centímetros Inclode estaría ahorrando alrededor de 10 minutos en el proceso de cierre de la incisión”, subraya Luchetti.
El dispositivo se retira a los 7 a 10 días de la operación, sin dificultades y podría hacerlo incluso el propio paciente, una vez que reciba la indicación médica, lo que podría ahorrar el costo de visitas al profesional.
El dispositivo ya cuenta con patentes aprobadas en Argentina y en Estados Unidos, mientras que está en trámite en la Unión Europea, y se espera que ya a mediados de 2020 pueda comenzar a ser comercializado.
MENOS RIESGOS DE INFECCIONES
Los emprendedores subrayan que este método reduce el riesgo de muchas complicaciones asociadas al cierre de una herida y mejora los resultados cosméticos, porque la aproximación de los bordes de la herida se realiza sin tensión “y eso hace que el cuerpo requiera menores recursos biológicos y por lo tanto deposita menos colágeno y una serie de procesos biológicos que hacen que el resultado estético sea más promisorio”.
Fridman, director médico de Inclode, precisa que el uso de este sistema puede reducir riesgos de infecciones, por no utilizar cuerpos extraños invasivos ni lesionar la piel, y destaca que ya analizan otras funcionalidades.
“Estamos pensando en el agregado de tecnología que podría permitir un monitoreo más estricto de las infecciones mediante elementos que viraran de color, liberar drogas a través del dispositivo para reducir el riesgo de infección y para mejorar los resultados estéticos”, dice.
“Se podrían agregar elementos de monitoreo, como un chip, que permitan seguir las características mecánicas del cierre de esa herida y cómo se va produciendo”, señala Fridman.
PRODUCTO CON PROYECCIÓN GLOBAL
El desarrollo de este dispositivo contó con un subsidio del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Argentina entre 2014 y 2019, ganó un premio internacional de innovación y llevó a sus creadores a salir del laboratorio para ganar mentalidad empresarial y formar una “startup” en búsqueda de inversores.
“Vamos a iniciar el lanzamiento con un dispositivo para heridas de 10 centímetros, que puede servir fácilmente para tratar cesáreas, apendicectomías, colocación de marcapasos, una serie de cirugías muy comunes”, explica el director médico.
También se presentará una versión para cirugía laparoscópica, en la que el dispositivo traerá acoplado un adaptador para el instrumental que se coloque y evitar la pérdida de gas, que es uno de los riesgos en este tipo de cirugías.
“Todos tenemos alguna historia cercana de complicaciones de las heridas quirúrgicas, siempre hay algún tema con la estética de la cesárea, o la infección de una herida quirúrgica que implica antibióticos, muchos días de internación, dolor, problemas estéticos. Por eso consideramos que puede ser un cambio de paradigma muy importante”, destaca Fridman.
EFE