Llévate lo que puedas en 5 segundos: Un divertido reto propuesto por el dueño de una tienda en el Bronx para ayudar a los necesitados

Llévate lo que puedas en 5 segundos: Un divertido reto propuesto por el dueño de una tienda en el Bronx para ayudar a los necesitados

La pequeña tienda de Ahmed Alwan, en el corazón del barrio neoyorquino de El Bronx, se ha vuelto viral en las redes sociales después de que este joven veinteañero ofreciera un reto a algunos de sus clientes: llevarse todos los productos que puedan agarrar en cinco segundos y algunas décimas extras si resuelven un sencillo cálculo matemático.

Por ElDiarioNY





“Si aciertan la pregunta tienen cinco segundos para agarrar lo que quieran, este reto comenzó hace como una semana y media y está funcionando muy bien y la comunidad me está mostrando mucho aprecio de diferentes maneras”, dice Alwan entre el ajetreo de clientes que salen y entran del local a primera hora de la mañana.

En los pocos momentos en que se lo permite la clientela, en su mayoría latinoamericanos y afroamericanos que a esas horas de la mañana parecen decantarse por comprar todo tipo de lotería y juegos de azar, Alwan cuenta que su concurso comenzó con la idea de “entretener, educar y ayudar a la gente al mismo tiempo”.

“Así que colgué la grabación de la primera prueba en la aplicación TikTok y funcionó, y el primer video fue visto como unos doce millones de veces”, explica Alwan, estadounidense de origen yemení y que trabaja en la “bodega”, como se conoce en Nueva York a este tipo de pequeños supermercados, desde hace siete años.

En TikTok ya ha subido una veintena de vídeos, que también se pueden ver en Instagram, y una media docena de ellos ha superado ya el millón de vistas.

En la primera grabación, Alwan, que quiere ser farmacéutico, le pregunta a un cliente “¿Cuánto es diez veces diez menos cincuenta?”. “Cincuenta”, contesta el improvisado concursante antes de lanzarse, primero por el gato, antes de que Alwan le recuerde que el felino no entra en el paquete, y después por una estantería llena de frutos secos y una pipa de agua.

Mientras el cliente se abalanza en busca de sus premios, el joven dependiente cuenta sin darse mucha prisa: “Cinco, cuatro, tres, dos, dos menos un cuarto, dos menos dos cuartos, dos menos tres cuartos, uno…”.

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