Confieso ante los lectores que llevo tiempo equivocado pero no en relación al sexo, la pareja, el trabajo, la honestidad o cosas que valgan la pena.
A diferencia de muchos de mis compatriotas hasta hace poco nunca creí en la existencia de lo que por estos lares llaman “Hegemonía Comunicacional”.
A esa creencia había llegado debido a la costumbre de escribir y al mismo tiempo escuchar la radio que posiblemente sigue siendo el medio que mejor información brinda a los usuarios en nuestra Venezuela. Pues bien… escuchando aleatoriamente la radio y cambiando a menudo de frecuencia porque cada vez que un programa se pone fastidioso… de inmediato me cambio de estaciòn y puedo decir que he zappeado todas las radios que se escuchan en Caracas. Pùblicas y privadas.
Y con ese conocimiento podría apostar sin temor a perder lo acordado… que la mayoría de los anclas, periodistas y locutores (as) que operan en frecuencia libre… desde las emisoras privadas… no apoyan al gobierno nacional… y lo hacen ver a cada rato con sus comentarios… algunos basados en embustes o fantasías. En las públicas sucede lo contrario.
En las radios y otros medios públicos el modus operandi es distinto… allì las embustes y fantasìas… las tejen a favor del gobierno del presidente Nicolàs Maduro.
Mi conclusión hasta hoy era que el espectro comunicacional… incluyendo la autocensura que màs bien atañe a los pocos medios impresos que aún circulan… y a la TV sobre todo… estaba repartido… entre gobierno y oposiciòn.
Por tanto me parecía que no existía la tal hegemonía comunicacional. Sin embargo las cosas cambian y las apreciaciones se afinan… a veces.
Quien me hizo cambiar de opinión fue una alumna mía que graduada de una profesión gerencial… por falta de empleo en su área… terminó haciendo una suplencia como productora en el programa de radio de un periodista y una locutora… con décadas de experiencia conversando con políticos y analistas.
Recortando… mi ex alumna aprovechó para invitarme a conversar con los conocidos fablistanes cuando uno de los invitados al programa… muy opositor y sufrido según afirma… había cancelado uno de los últimos programas antes del Carnaval… donde estaba pautado… y se marchó de vacaciones al norte.
La verdad no me entusiasmé mucho porque tanto él como ella… y me refiero a la pareja de entrevistadores… a pesar de los años… y los reconocimientos recibidos… hacen un programa màs bien fastidioso… donde el invitado se ve obligado… por evitar confrontaciones con quienes al fin y al cabo son dueños del espacio… a repetir como tarado mental lo que ella y él le obligan a contestar… a partir del enunciado de la pregunta.
Esos comunicadores acostumbran y no son los únicos, a preguntar por ejemplo a los invitados de su programa… de una manera escamosa… “A ver… usted está con el 80 % de la población que detesta al gobierno… que es el mismo 80 % que apoya al diputado Guaidò –aquí entra el ente regulador que les obliga a dejar de llamar al autoproclamado “interino” o “encargado”-… o con el menos del 10 % que aún apoya a esto que sufrimos”… y cosas así porque son tan brutos que ni revisan la suma de 80 màs 10 a ver si les da 100 como pretenden.
De todas maneras ni siquiera tuve que prepararme… mi ex alumna me volvió a llamar con mucha pena para decirme que el programa mío estaba cancelado y que no había fecha posterior porque “hasta el 2021 estaban copados”.
No dije nada… ni siquiera el “si Luís” con que en Caracas contestamos a quien sabemos nos miente.
Màs tarde la alumna me citó en un café para decirme la verdad… “no te puedo invitar porque pierdo el trabajito… a gritos la señora me dijo que tú le vives tirando a Guaidò… y que por encima de su cadáver”.
Le di las gracias a la joven y solo contesté “cadáver hace rato es esa señora que aún se cree una Miss”… pero de allí afiné mi apreciación: ¡Si hay hegemonía comunicacional… pero no de un polo… en nuestra Venezuela la hegemonía es de dos!
A los medios oficiales solo invitan repetidores de excusas y embustes… y solo ocasionalmente hacen programas que vale la pena escucharlos.
En los privados… poco a poco… como se durmió el reino de aquel cuento infantil… solo se escuchan excusas y embustes… y hay quien me dice que buena parte de la tal ayuda humanitaria… se gasta en periodistas y locutores (as)… quienes embarrando la profesión… desde nuestro país y del exterior… censuran… y aún pretenden que los llamen “demócratas”.
Las máscaras caerán… aquí… en Miami y en Tucusiapòn. De eso no me caben dudas.
Como tampoco tengo la menor duda de que ese tipo de programas de la radio son parte del problema… y sus anclas son culpables de que el venezolano ande tan confundido… tratando de cuadrar círculos.
Por ejemplo… así como estos palangristas que pretenden se les considere “defensores de la democracia”… cuando se comportan igual a quienes supuestamente rechazan… la brutalidad que inducen en sus declinantes escuchas… ha llevado a que alguna gente confundida pretenda que les cobren los servicios a precios de comunismo… y recibir calidad propia de país capitalista.
¡Quieren cuadrar círculos!