En las principales ciudades de Venezuela más del 50% de las compras de alimentos, ropa y hasta de artículos de higiene personal se cancelan en divisas, en medio de la flexibilización de los controles de Nicolás Maduro y el tercer año de hiperinflación, dijo el miércoles una consultora.
Una medición de la firma Ecoanalítica, realizada entre 9 y 14 de febrero en 15.952 comercios de 10 ciudades, reveló que en San Cristóbal y Maracaibo, capitales de dos estados fronterizas con Colombia del país petrolero, un 90% de las adquisiciones fueron en pesos colombianos y dólares.
Al este y centro del país, incluyendo Caracas, los pagos en dólares o euros son mayores al 52%, señaló el estudio.
En Venezuela circula más efectivo en moneda extranjera desde que Maduro relajó a fines de 2018 el control de cambio y de precios, y permitió hacer pagos en divisas que estaban prohibidos desde hace casi dos décadas.
Esa flexibilización busca impulsar el comercio local ante la severa recesión y las sanciones financieras de Estados Unidos a la nación sudamericana. Pero ese giro se ha hecho sin eliminar las leyes regulatorias, incluyendo la del control de cambio.
Parte de las divisas llegan a los venezolanos por las remesas, colocaciones de euros en la banca y pagos en divisas que el gobierno hace a sus proveedores locales producto de las ventas de crudo y oro.
Ecoanalítica dijo que en las 10 ciudades, un 62% de los pagos de alimentos se realizaron en divisas, siendo la factura promedio por compra de 26 dólares. El salario mínimo mensual, al que se suma un bono de alimentación, equivale a unos 6 dólares.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha dicho que las transacciones en dólares en Venezuela son una “válvula de escape” para la economía, aunque sostiene que es “consciente de las desigualdades que surgen de ese proceso”.
En medio de ese auge de las compras en divisas, una evaluación del Programa Mundial de Alimentos señaló esta semana que 59% de los hogares no tiene ingresos suficientes para comprar comida y 4 de cada 10 hogares del país tenía interrupciones diarias de electricidad.
Además de la flexibilización del control, uno de los factores que ha incidido en un mayor número de transacciones en divisas ha sido la crisis eléctrica.
“Maracaibo es más dolarizada por el colapso de los servicios. Los puntos de venta en los negocios no funcionan cuando falla la luz”, dijo Asdrúbal Oliveros, director de la firma de la consultora. Sin punto de pago, las personas recurren al efectivo en divisas.
En Venezuela, las regiones enfrentan frecuentes cortes de luz que afectan las comunicaciones y el bombeo de agua. Reuters