Para Dennis Tito, el primer turista del espacio, la experiencia resultó muy trabajosa: primero compró un pasaje al Programa de Invitados de la Unión Soviética, que en 1990 ofreció la primera opción de viaje civil a la estación espacial MIR. Pero el millonario estadounidense ya tenía hecha la maleta cuando la URSS se desintegró en 1991, y el mismo camino siguió su plan. Cuando volvió a intentarlo, en 2000, mediante la empresa holandesa MIRCorp, estaba a punto de salir cuando el gobierno ruso decidió la destrucción de la estación espacial. Al año siguiente pagó USD 20 millones y se subía feliz a la nave rusa Soyuz TM-32 camino a la Estación Espacial Internacional (ISS) cuando la NASA se opuso a su viaje. El Kremlin amenazó con retirarse del proyecto de la ISS. Por fin una negociación entre Estados Unidos y Rusia permitió que, el 28 de abril en 2001, Tito cumpliera su sueño.
Por infobae.com
Para los millonarios de la década del 2020, en cambio, la gravedad cero será mucho más accesible.
La industria del turismo espacial, que hasta ahora no logró salir de las novelas de ciencia ficción, podría despegar en los próximos años, acaso este mismo 2020, según Popular Science. Según evaluó Virgin Galactic en su presentación para inversores realizada en 2019, sus servicios apuntan a clientes con un patrimonio de al menos USD 10 millones, pero se espera que a medida que el negocio crezca los que tienen entre USD 1 millón y USD 5 millones también puedan aspirar a su paseo extraterrestre.
Vuelta al mundo en 90 minutos
Mientras se dispone a enviar astronautas a la ISS en su cápsula Crew Dragon, que sería la primera nave privada en hacerlo, SpaceX anunció que aceptará otros clientes además de la NASA: “La firma privada también se ofreció a poner en órbita hasta a cuatro civiles hacia finales de 2021 o 2022”, según la revista de difusión científica. “Esta misión histórica abrirá el camino a que el viaje espacial sea posible para toda la gente que sueña con él, y tenemos el gusto de trabajar con el equipo de Space Adventures en la misión”, dijo Gwynne Shotwell, jefa de operaciones de la compañía de Elon Musk.
Desde que logró el pasaje de Tito a la ISS, Space Adventures se ha convertido en la agencia de turismo espacial de referencia: también llevó a la estación espacial los empresarios Mark Shuttleworth (sudafricano) y Gregory Olsen (estadounidense), entre otros, y ofrece servicios más terrenales como vuelos con gravedad cero y entrenamiento de astronauta.
“Desde el albor de los viajes espaciales tripulados, sólo 550 personas han viajado al espacio: nos da gusto poder ofrecerle la oportunidad de ser el próximo”, dice el sitio de la firma. Sus viajes en las misiones de Crew Dragon permitirán que cuatro individuos “vean el planeta Tierra como nadie lo ha visto desde el programa Gemini” de la década de 1960.
Aunque la agencia no anuncia el precio de esta excursión, que gira alrededor del planeta a dos veces la distancia de la ISS y dura 90 minutos, “una estimación razonable sería decenas de millones”. La NASA paga unos USD 55 millones por asiento en la Crew Dragon como parte de misiones a la ISS, pero un recorrido de ida y vuelta en el día probablemente cueste menos.
Vuelo suborbital a USD 250.000
“El viaje de nivel básico”, ironizó Popular Science, es el suborbital. Se asciende unos 100 kilómetros hasta la frontera entre la Tierra y el espacio, según la Federación Aeronáutica Internacional: una vez allí se siente el efecto de la ausencia de gravedad, se ve el contorno de la Tierra y el cielo se vuelve oscuro. Se pueden hacer fotos y videos antes de regresar.
La empresa de Richard Branson lleva años prometiendo que el servicio es inminente, pero es posible que en 2020 cumpla. Si salen bien las pruebas finales de su avión espacial VSS Unity, que se realizan en Nuevo México, es posible que a mediados del año pueda realizarse el primer vuelo suborbital. Ya 600 personas pagaron por los asientos, que se cotizan a USD 250.000 por viajero.
Con cohete y paracaídas
El competidor de Branson en la experiencia suborbital es Jeff Bezos, cuya compañía Blue Origin tiene un cohete de pasajeros, New Shepard, que ha cumplido ya con numerosas pruebas y podría comenzar los vuelos comerciales este año. Eso anunció Bob Smith, director ejecutivo de la firma, a finales de 2019, informó CNBC. No dio mayores precisiones sobre el precio: los interesados deberán estar dispuestos a pagar “unos cientos de miles” de dólares, comentó apenas.
Su experiencia comienza en el sitio de lanzamiento, en Texas, de donde Blue Shepard sale con una cápsula superior en la que van los pasajeros. Al llegar a los 100 kilómetros de altura se produce la separación, y mientras la base regresa a la Tierra la cápsula se desliza en vuelo libre. Cuando comienza el descenso, un paracaídas la lleva, con sus pasajeros, a un aterrizaje seguro.
“El volumen de lanzamientos luce bastante atractivo en los próximos 10 años”, dijo Smith a TechCrunch, al reconocer un crecimiento de la demanda del 3% anual en los últimos tiempos, con la posibilidad de que se dispare apenas se muestre factible. La industria espacial, exclusiva de los estados, argumentó, “está cambiando fundamentalmente hacia un modelo más comercial”.
Un hotel de mil estrellas: USD 35.000 por noche (no incluye viaje)
Aunque no se sabe mucho sobre los detalles de confort, la NASA anunció en 2019 que permitirá que algunos turistas se alojen en la ISS por USD 35.000 la noche, recordó NBC. “Antes de que cancele su pasaje con Virgin Galactiv, pense que esa cifra representa la base mínima que una empresa de turismo le paga a la NASA”, recordó Popular Science. Es decir, un lugar donde dormir. “A menos que usted tenga su propio cohete, es probable que pague un costo mucho más elevado por el paquete completo que incluya entrenamiento y transporte”.
Bigelow Space Operations llegó a ofrecer el combo, con viaje en el Crew Dragon de SpaceX, por USD 52 millones la estadía de entre un mes y dos, pero luego canceló la propuesta.
A fin de alojar más visitantes la NASA hizo un acuerdo con Axiom Space para la construcción de un segmento comercial que se adjuntaría a la ISS. El hotel espacial comenzará a montarse en 2024, cuando la firma de Houston envíe las primeras partes. Una vez completo contará con interiores de diseño y wifi. Mientras tanto, algunos podrán acceder a dormir entre el personal de la ISS: Axiom espera ofrecer estadías de 10 días desde el año próximo, pero por ahora sólo tiene un contrato firmado, por más tiempo y de USD 55 millones.
Para los presupuestos más pequeños, de USD 9,5 millones, por ejemplo, Orion Span, que espera inaugurar su estación espacial privada, Aurora, en 2021, ofrecerá una estadía de 12 días. No se sabe con qué cohete será el viaje, pero sí que está incluido en el precio. El sitio ya acepta depósitos reembolsables de USD 80.000, que también se puede pagar en criptomonedas.
Hasta la Luna y más allá
En 2018 Yusaku Maezawa, el multimillonario japonés fundador del sitio de moda Zozotown, le pidió a Elon Musk que lo pusiera en una nave que le permitiera volar alrededor de la Luna. Musk le ofreció el cohete súper grande Starship, totalmente reutilizable, que permitirá ir a la Luna y a Marte, según el sitio de Space X.
Ninguno reveló los detalles del acuerdo, pero la revista Forbes informó en 2019 que Maezawa dejó la dirección de su empresa minorista para entrenarse, al mismo tiempo que vendió el 30% por USD 2.600 millones. Musk reconoció que el empresario japonés contribuyó a los costos de desarrollo de Starship, que se estima podrían llegar a ubicarse entre USD 2.000 millones y USD 10.000 millones.