Joule es un perro con problemas de ansiedad, nerviosismo y un comportamiento travieso, pero lo que no esperaba su familia era ver algo increíble cuando instalaron una cámara oculta en el salón. El matrimonio Eckert decidió espiar a su mascota durante las ocho horas en las que se van a trabajar y dejan al animal solo en casa para terminar encontrándose con unas imágenes que revelaban una cara de su perro que desconocían.
Por: Cope.es
Brenna y su marido son unos amantes de los animales que, hace cuatro años, decidió adoptar a Joule, un perro de raza braco húngaro mediano pero nervioso. Ellos mismos lo definen en redes sociales como un animal “velcro”, por lo pegajoso que puede resultar con sus dueños. Tal era el apego que tenía la mascota a sus dueños que Brenna tuvo que llevar al animal a un terapeuta y entrenador de mascotas para proporcionarle algún tipo de tratamiento que le calmase.
Sospechan de su perro e instalan cámaras
Sin embargo, aunque Joule estaba inmensamente contento cuando veía a Brenna volver a casa, se encontraba también sorprendentemente calmado sobre el sofá del salón de la casa. Eso sí, la manta que cubre el mueble siempre aparecía revuelta o por los suelos. Por ello, la solución del matrimonio fue instalar una cámara de vigilancia para grabar lo que ocurría mientras no estaban.
Al volver a casa Brenna revisó las imágenes y descubrió que lo primero que hacía su perro era subirse al sofá y removerlo todo. Comenzaba a refregar su hocico contra la manta, saltar sobre los cojines, y moverse en círculos sobre apenas medio metro cuadrado de mueble. Nada fuera de inesperado, teniendo en cuenta los problemas de nervios que padece Joule y de los que todos sabían. Sin embargo, fue lo que pasó justo después lo que impactó a su dueña de sobremanera.
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