Los restos del poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal, figura de la literatura latinoamericana, fueron enterrados este sábado en “secreto” y un día antes de lo previsto, en la isla Mancarrón del archipiélago de Solentiname del Lago Cocibolea, por temor a agresiones de seguidores del gobierno.
“Fue enterrado aquí mismo debajo de la piedra donde están enterrados” otros siete exguerrilleros de la isla “que murieron en la guerra de lucha contra la dictadura somocista en los años 70”, confirmó a la AFP uno de los grandes amigos del escritor Bosco Centeno, quien dijo que el poeta lo “consideraba como un hijo”.
Fue sepultado en una ceremonia privada, antes de que llegara la prensa, para “evitar una profanación” por parte de partidarios del gobernante Frente Sandinista, como ocurrió en la misa de cuerpo presente que se realizó el martes en la Catedral de Managua, explicó.
El temor de nuevas agresiones a la memoria de Cardenal, crítico del gobierno de Daniel Ortega, surgió luego de que las autoridades anunciaran que enviarían a sus partidarios al sepelio en la isla.
El poeta murió el pasado 1° de marzo, a los 95 años, en un hospital de Managua a causa de una falla cardíaca derivada de una descompensación generalizada, y tras pedir que no fuese entubado si su respiración fallaba, confiaron personas que lo acompañaron hasta lo último.
El miércoles, sus restos fueron cremados en una funeraria de la capital y el viernes trasladado en silencio por Bosco a la isla Mancarrón.
El escritor se desempeñó como ministro de Cultura durante la revolución sandinista (1979-1990), que encabezó Ortega, pero luego se convirtió en su crítico y lo acusó de “dictador” por aferrarse al poder después de su retorno al gobierno en 2007.
AFP