Bolivia vuelve a estar en el foco. La semana pasada en Viena la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, señaló que “la crisis postelectoral del año pasado resultó en al menos 35 muertos y 800 heridos, la mayoría de ellos durante las operaciones del ejército y la policía”. Bachelet también se mostró preocupada por “el enjuiciamiento de docenas de exfuncionarios” por parte del gobierno interino de Jeanine Áñez.
Por: Daniel Gómez || ALnavío
Estas declaraciones dieron aliento al expresidente Evo Morales, así como a su partido, el Movimiento Al Socialismo.
También fue un estímulo para Morales lo publicado a principios de semana por el blog Monkey Cage de The Washington Post. Un reportaje que afirmaba que el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre las elecciones en Bolivia no contenía evidencias de fraude y que fue defendido por el gobierno de México. El artículo lo firmaron dos investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés). No así el MIT, que este jueves precisó que el informe pertenece a los investigadores y no a la institución.
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