En penumbras, angustiados y cansado, así quedó el venezolano luego que a pocos minutos de que se hicieran las 5:00 pm de la tarde en todo el territorio nacional el 7 de marzo un “megaapagón rojo” azotara todo el país, convirtiéndose en el más extenso registrado en la historia venezolana.
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Lo que se pensaba que era simplemente “labores de mantenimiento” en diversas zonas de Caracas, como había informado la estatal venezolana Corpoelec aquel día, se transformó en un completo “Blackout” en todos los estados. Distrito Capital, Vargas, Lara, Carabobo, Cojedes, Aragua, Táchira, Mérida, Miranda, Nueva Esparta, Portuguesa, Falcón, Monagas, Anzoátegui, Zulia, Guárico, Barinas, Trujillo, Apure, Delta Amacuro, Yaracuy, Amazonas y Bolívar se fueron apagando mientras caía la noche.
Pasaron 50 minutos para que el régimen de Nicolás Maduro, se pronunciara por el “megaapagón”, esto fue a través de la cuenta en Twitter cuando Corpoelec, dijo la peor frase: “Sabotearon el Guri…“.
Nicolás Maduro aseguró que los apagones se produjeron como consecuencia de un saboteo orquestado desde la oposición mediante “ataques electromagnéticos”.
El hilo de la idea de que atacaron la represa hidroeléctrica más importante que surte de electricidad a todo el país fue complementada por demás voceros chavistas, mientras que la tesis de la poca inversión y descuido en todo el sistema eléctrico era la realidad que vociferaban los venezolanos.
Como era de esperarse, a pocos instantes del suceso, los sistemas subterráneos bajo la administración del régimen de Nicolás Maduro dejaron de funcionar, como también el Aeropuerto Internacional de Maiquetía luego que las plantas eléctricas no arrancaran, paralizando la actividad comercial, quedando a oscuras como ya se encontraba todo el país.
Debido a esto, todos comenzaron a abandonar sus trabajos, los mares de personas andando por las calles en búsqueda de una forma de cómo llegar a su casa se reflejaba con el tráfico que generaban las fallas en los semáforos apagados y los pocos autobuses que transitaban las avenidas completamente abarrotadas.
SIN REGRESO A CASA
“Nos tocó dormir en el ferrocarril, “pensamos que la luz llegaría en un rato”, “habían niños durmiendo fuera de la estación (…) a la 1:00 am fue que pudimos ingresar a la estación y pudimos descansar, luego en la madrugada nos dijeron los trabajadores del ferrocarril que debíamos desalojar la estación porque habían habilitado metrobús para los Valles del Tuy”, fue parte de lo vivido por usuarios que les tocó pernoctar fuera de la estación Simón Bolívar del Ferrocarril de los Valles del Tuy, en La Rinconada luego que el sistema quedara inhabilitado.
COMENZARON LOS PROBLEMAS
El 8 de marzo y en días siguientes la esperanza de que llegara la electricidad incrementaba, pero esperando esta situación que tenían al venezolano angustiado, comenzaron los problemas, incrementándose progresivamente, siendo el sector salud el más agraviado.
Hospitales en el interior del país y en Caracas comenzaron a fallar, algunos que tenían plantas eléctricas no pudieron contar con las mismas, ya que nunca “arrancaron”.
La situación en algunos casos provocó que tanto niños y adultos que se encontraban en ventilación mecánica por respiración artificial tuvieran que ser ventilados de forma manual, de igual forma pacientes que necesitaban realizarse la diálisis, no pudieron hacerla debido a las fallas.
El comercio venezolano también se encontraba paralizado, pocos negocios o supermercados en todo el territorio pudieron laborar en horario completo, trabajando a “media máquina”. Los mismos atendían por pocas horas para surtir las necesidades de los clientes.
Muchas de las personas regalaron alimentos que tenían preparados en sus casas para que no se dañaran.
Mientas pasaban las horas los problemas incrementaban, el servicio de agua potable era nulo, la situación provocó que caraqueños tuvieran que surtirse de la misma a través de un pequeño chorro que desembocaba en las riveras del río Guaire.
UN AÑO DESPUÉS
Entre el megaapagón del 7 de marzo y el presente año las contantes fallas en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), han estado en el día a día, ante esto el Comité de Víctimas de los Apagones, que cuenta con representantes en todos los estados del país detallaron que “en el país van a seguir los apagones porque no se ha hecho nada”.
La abogada Aixa López, que lidera el comité, destacó a través de una rueda de prensa que desde el mes de marzo del 2019 hasta el presente se han presentado 87.267 mi fallas.
“Hemos contabilizado desde marzo de 2019 unas 87.267 fallas en la prestación del servicio entre apagones y fallas en las cargas eléctricas. Solo en el sector residencial hubo pérdidas por 41 millones de dólares, tenemos las listas de los afectados y el costo de sus equipos. Eso lo hemos levantado municipio por municipio”.
Por su parte, Winston Cabas, el ingeniero que el año pasado denunció que las condiciones que originaron el megaapagón, resaltó que “las condiciones se mantienen y existe la posibilidad de que se presente un nuevo apagón”, esto debido a que no hay mantenimiento.
“No existen condiciones para una buena calidad de servicio, no hay combustible para que las centrales termoeléctricas funcionen correctamente y la corrupción sigue campeando en Corpoelec”, destacó desde el exilio.