Las escuelas de la ciudad están preparando su material para empezar la educación a distancia y para que quienes no tienen acceso a computadoras y tablets, estos aparatos van a salir de los salones de clases para llegar a los salones de los hogares.
El contralor de la ciudad, Scott Stringer, ha cambiado las regulaciones puestas en marcha el año pasado por el cual se liberó capital para hacer la compra de este hardware. La condición es que estos aparatos no salieran de los centros escolares en los que se usaban. Ahora esto cambia.
El contralor permite que los fondos de capital puedan usarse para comprar tablets que los estudiantes puedan tener en sus hogares temporalmente, en caso de que no dispongan de ellos. Con esta medida se quiere que sigan los cursos que las escuelas están preparando a través de Internet y que se espera estén disponibles la semana que viene.
El departamento de Educación ha acordado asegurar que los protocolos para adherirse a este programa incluyan que estén activados los geolocalizadores.
Stringer también ha aprobado algo más de $138 millones en contratos de emergencia para permitir a la ciudad servir a los neoyorquinos en la crisis.
El contralor cifró ayer el costo de la crisis a las arcas municipales en $3,200 millones que dejarán de percibirse por la falta de actividad que fiscalizar. Es una cantidad que afecta a los próximos seis meses. Por esa razón ha recomendado a casi todos los departamentos a buscar ahorros que permitan sumar $1,400 millones en toda la ciudad.
Stringer quiere que se retrasen los pagos de impuestos de hoteles, restaurantes y locales comerciales cuyo plazo para pagar finalizaba el 20 de marzo. Además ha propuesto que se eliminen las multas y se ponga un programa de disposición de dinero, como grants, similares a las creadas para el Lower Manhattan tras el 9-11.