A diario el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) recibe denuncias sobre la nula distribución de alimentos en las cárceles de todo el territorio nacional, aunado a la falta de atención médica, el suministro de medicamentos y el hacinamiento, lo que acrecienta la preocupación por la extrema vulnerabilidad de la población penitenciaria ante la emergencia por el COVID-19 (Coronavirus).
Al menos 40.000 presos sobreviven en los distintos penales del país, a quienes les fue suspendida la visita como una medida de prevención ante la pandemia. Es por esta situación que los deudos y demás familiares se muestran muy preocupados por la salud física y mental de los presos.
Carolina Girón, directora del OVP, denunció una vez más que en las cárceles venezolanas solo distribuyen una comida al día, el menú no es muy variado y mucho menos saludable, pues consta de agua de pasta o granos, y de vez en cuando una arepa sin relleno.
“La única comida abundante que reciben los presos es cuando son visitados por sus familiares y eso sucede una o dos veces al mes. Son muchos los casos de desnutrición en las cárceles, sumado al hacinamiento y otros factores que atentan contra sus derechos humanos, lo que además convierte estos recintos en un caldo de cultivo para enfermedades como tuberculosis, hepatitis, VIH-Sida, entre otras”, añadió Girón.
Asimismo, la directora del OVP manifestó que en los penales no cuentan con atención médica adecuada y las muertes por condiciones de salud se han incrementado de manera alarmante.
Desde las tres áreas de El Rodeo, Yare, el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), todos ubicados en el estado Miranda; el Complejo Penitenciario Tocuyito en el estado Carabobo, el Centro Penitenciario 26 de Julio en Guárico, Comunidad Penitenciaria Fénix; Centro Penitenciario David Viloria, mejor conocida como Uribana en el estado Aragua; Comunidad Penitenciario de Coro, Internado Judicial de Mérida, además de los penales de Anzoátegui, Sucre, Táchira y el estado Bolívar, no cesan las denuncias por la falta de alimentos, incluso los reclusos aseguran que permanecen hasta tres días sin ingerir siquiera una migaja de pan.
La directora del OVP calificó estas denuncias como graves, pues “los están matando de hambre”. En ese sentido y sumado a la pandemia que también afecta a nuestro país, resulta determinante que la población penitenciaria también tenga acceso a tapabocas, guantes, partiendo desde lo más básico como agua, jabón y gel antibacterial.
Además, resulta necesario que todas las áreas de los recintos penitenciarios sean higienizadas con frecuencia, aunque es de conocimiento público que las condiciones en las que sobreviven los presos venezolanos son de extrema insalubridad y precariedad.
Nota de prensa